Sin piso, sin techo, sin plazo
Hugo Moyano ratificó ayer que la postura de la CGT, con respecto a la discusión salarial de este año, será de no intervención. Habló de que esa negociación, para la que no habrá límites de tiempo, se hará "sin tope ni piso", lo que generó una rápida reacción de los gremios, que comenzaron a exponer sus pretensiones que superan, en general, 20%. El jefe de la CGT le había dicho a Néstor Kirchner que no estaba en condiciones de garantizar un ordenamiento de los reclamos salariales de los gremios que, sobre fin de año, la Casa Rosada especuló con encorsetar dentro de una franja que ronde 15%. No sólo eso: además de afirmar que el gobierno elevará los mínimos de Ganancias, el camionero confirmó lo que ayer anticipó este diario respecto de que impulsará en el Congreso una reforma de ese gravamen para limitar su impacto sobre los sueldos y las jubilaciones.
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Néstor Kirchner firmó ayer el proyecto de ley de reforma
previsional que le permitirá al Estado recaudar $ 700 millones
más (izquierda). Hugo Moyano se reunió ayer con el ministro de Trabajo,
Carlos Tomada. El titular de la CGT le informó que negociaciones
salariales no tendrán ni piso, ni techo (derecha).
«(Los gremios) tienen la suficiente capacidad y responsabilidad para saber hasta dónde pueden conseguir aumentos», fue el único límite que deslizó, genérico, Moyano. Es una incógnita: ayer mismo se desató la puja salarial con gremios que reclaman subas del orden de 30%.
Ejemplo: trascendió el caso de los curtidores, que piden 30%, por encima del 20% que negocia la UTA y que reclamará La Fraternidad a partir de la semana que viene. Está, por otro lado, el planteo de Luz y Fuerza, que se estira hasta 35%. «Tiene que quedar claro -insistió ayer Moyano- que la CGT no pone montos, no pone techo ni piso, no pone cifras ni porcentajes en la discusiones paritarias, porque podemos ser injustos si hacemos eso.» Camioneros, por caso, amaga con pedir 20% al igual que taxistas, que controla Omar Viviani, uno de los principales aliados de Moyano.
Aunque lo niegue, fue lo que ocurrió en 2006, cuando desde la Casa Rosada, luego de negociar la suba para camioneros, Moyano digitó la banda -en el orden de 19%- en que se debía negociar la suba de salarios.
«No creo que por discutir salarios se vaya a tirar la economía», dijo el camionero para espantar el riesgo de que una discusión salarial sin parámetrosimpacte sobre los costos y, por esa vía, repercuta luego en los precios como paso previo a afectar la inflación.
Sobre el mínimo no imponible, el titular de la CGT señaló que «se va a llevar adelante» mientras confirmó que impulsará una reforma para reducir el impacto del Impuesto a las Ganancias para empleados y jubilados.
«Son temas que se discuten y se van a seguir profundizando para ver si se puede establecer una norma que nos permita a los trabajadores no sufrir ese descuento que creemos es un impuesto al trabajo», especificó.
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