30 de mayo 2005 - 00:00

También antes de octubre aumentarían jubilaciones

Además del aumento en el salario mínimo que llegaría a los $ 630 mensuales, de mejorar los ingresos de bolsillo de los que cobran entre $ 1.835 y $ 3.000 (eximiéndolos del Impuesto a las Ganancias), el gobierno tiene también en estudio mejorar jubilaciones, empezando por la mínima. La intención es sumar una cifra de entre 20 y 60 pesos antes de octubre. Se reitera ya un clásico de la Argentina: los anuncios previos a elecciones que se terminan pagando después y que, además, son imposibles de revertir. Está claro hoy que los salarios y las jubilaciones son muy bajos en el país. Pero también es claro que una mejora en los ingresos de los argentinos no se logra a través de simples decretos o resoluciones. De hecho, mantener un dólar alto es provocar salarios bajos en la Argentina. Por ello la inconsistencia de la política oficial en este sentido. Con inflación en torno a 10% anual y una situación fiscal comprometida, estas medidas en estudio son, cuanto menos, riesgosas. Dicen en el gobierno que su aplicación dependerá de cuánto aumente el costo de vida en los próximos dos meses.

Robero Lavagna
Robero Lavagna
Además de un incremento en el salario mínimo, el alza del mínimo imponible para el pago de Ganancias y una mejora en las asignaciones familiares, el gobierno tiene también en estudio un aumento en las jubilaciones. Sin embargo, en todos los casos, la forma y la profundidad de la medida dependerán de un factor fundamental: la evolución de la inflación en mayo y en junio.

Si el alza de los precios en los dos meses se mantiene en conjunto debajo de 1%,
el gobierno avanzará gradualmente en todas las direcciones para mejorar el poder adquisitivo de varios millones de personas antes de octubre. Si, por el contrario, el índice inflacionario se ubica por encima de 1% en el bimestre, habrá aumentos, pero menos generalizados y más espaciados en el tiempo.

Es casi un hecho que, camuflado como una decisión tomada dentro del Consejo del Salario, habrá un alza en los salarios mínimos.

También se analiza aumentar el mínimo no imponible de Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia, subiendo este nivel de $ 1.800 mensuales que rigen en la actualidad a aproximadamente $ 3.000. Además, habrá una mejora en las asignaciones familiares, a partir de una nueva escala salarial que se configurará en los próximos días.

• Análisis

La novedad surgida este fin de semana es que también el gobierno de Néstor Kirchner analiza un incremento en las jubilaciones, comenzando por el haber mínimo actual de $ 308, en una cifra que podría ubicarse entre los $ 20 y los $ 50 mensuales.

El monto final dependerá de los estudios que se realicen en los próximos días dentro del Ministerio de Economía, especialmente en lo que refiere al impacto fiscal de la medida.

Según las mediciones preliminares, la cartera de
Roberto Lavagna estima que, teniendo en cuenta que habría una mejora para algo menos de 2 millones de jubilados, el costo no debería superar los $ 550 millones anuales, una suma que resultaría compatible con el superávit proyectado para el año, muy superior a la meta de $ 12.450 millones que figura en el Presupuesto. Como, además, la mejora se tomaría de manera gradual y en el segundo semestre del año (después de junio y antes de setiembre), el costo concreto para 2005 no sería mayor a los $ 275 millones.

Este incremento a los jubilados ya llegó a ser evaluado en el propio despacho presidencial, en reuniones en las que se analizaron otras alternativas, hasta ahora sin éxito, para mejorar estas retribuciones sin implementar alzas.

Sin embargo, aún la decisión final no está del todo cerrada, ni el monto ni el en plazo en que se liquidará. Las dudas sobre la forma en que se pagará este incremento se relacionan con el problema más importante que tiene el gobierno en materia económica interna: el alza en los precios, que llegó en los primeros cuatro meses del año a 4,5%, y que alcanzaría, sumando mayo, 5%.

El problema es que una mejora en los pagos a las jubilaciones, por mínima que sea, implica un traslado casi automático al consumo.
Se trata de un público con escasa capacidad de ahorro, que traslada a compras cualquier mejora en sus retribuciones. Si se tiene en cuenta que mensualmente se pagarían unos $ 50 millones más a los jubilados, hay que contabilizar que todo ese dinero pasará a engrosar el dinero circulante vía consumo. La experiencia reciente que experimentó el Ejecutivo, a través del plan Navidad de diciembre de 2004, es que medidas de este tipo aceleran la inflación, el peor de los males para la evaluación presidencial.

• Presiones

Si además se tiene en cuenta que los incrementos salariales, el aumento del mínimo no imponible en Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia y la modificación en las asignaciones familiares también harán que haya más dinero en poder del público para consumir (y en sectores con poco poder de ahorro), las presiones inflacionarias serán aún más importantes.

Sólo una vez que lleguen al escritorio presidencial los estudios detallados sobre el impacto en los precios de las medidas que están en estudio, y luego de que el Consejo del Salario haya avanzado algunas semanas en sus debates, el gobierno hará el anuncio oficial del nuevo paquete de mejoras salariales y jubilatorias. De todas formas, no habrá que esperar mucho para conocerlo, porque será antes de octubre.

Hubo en los últimos días otra decisión presidencial. Nuevamente se descartó la alternativa de reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA), como posibilidad para mejorar los salarios indirectamente sin presiones inflacionarias. La imposibilidad de los funcionarios, que defendían la medida de garantizar que esa reducción impositiva se traslade el público, hizo que Kirchner la descartara nuevamente y por tercera vez en sus dos años de mandato.

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