El gráfico que retrata el corazón del mercado, a través de las fluctuaciones del Merval,dejaron una figura donde al recinto se le pudo diagnosticar: «arritmia».
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Primero en depresión, leve rebote, posteriormente el fondo del valle del día -con 2.048 puntos-y desde allí un repunte más sostenido y superando los 2.060 puntos. Marca que pareció activar nuevamente a la oferta y la oleada del mediodía oprimió el índice, para dejarlo otra vez en el fondo del gráfico.
Eran las 13 y la corrección hacia el alza reapareció con cierta fuerza, después la meseta en torno de los 2.050 puntos. En la zona del remate de la rueda hubo turbulencias, forcejeos por el destino final y el que -finalmente-clausuró en las 2.055 unidades. Dando un nivel porcentual bajista que llegó a 0,75 por ciento.
La fisonomía de una jornada absolutamenteerrática en superficie, con un trasfondo que siempre estuvo gobernado por la preeminencia de ventas.
Recogiendo, o expandiendo órdenes y sacando partido de los rebotes, para volver a la carga. Un perfil de fecha negativa, la que tuvo consecuencias leves: a través de la resistencia ofrecida.
Sin contrapeso
El total negociado en efectivo evidencia que hubo energía de ambas fuerzas, hasta rozar los $ 90 millones del segmento accionario.
Buena cifra, insuficiente para una asimilación total de la oferta, pero apta para evitar brechas mayores en los precios.
Siguiendo Tenaris con su secuencia adversa, ayer bajó 1,6% y con 330.000 papeles, ya Grupo Galicia no pudo sostener el papel de equilibrio y compensación de Tenaris, sólo quedando neutra.
El casi 9% de aumento en el Hipotecario escapó del marco general de las líderes, la mayoría acusando signo de descenso.
Debió dilatarse mucho la demanda, para conseguir muy poco: apenas amortiguar la caída. Y la Bolsa, sufrida.
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