2 de diciembre 2013 - 00:00

Acelera Peña Nieto con su gran objetivo: abrir PEMEX

Con el ingreso de capitales  privados,  el presidente Enrique Peña Nieto busca revitalizar a la herida PEMEX. El proyecto enfrenta la dura resistencia de los sectores de centroizquierda.
Con el ingreso de capitales privados, el presidente Enrique Peña Nieto busca revitalizar a la herida PEMEX. El proyecto enfrenta la dura resistencia de los sectores de centroizquierda.
Ciudad de México - El presidente de México, Enrique Peña Nieto, afirmó ayer, al cumplirse el primer aniversario de su Gobierno, que en el segundo año de gestión mantendrá "el impulso transformador" para lograr la ambiciosa reforma energética con la que espera resucitar a la debilitada empresa estatal PEMEX, a partir de la asociación con capitales privados.

"El Gobierno ha hecho de la aprobación de las reformas la máxima prioridad en este primer año de gestión. Si éste fue el año de las reformas, el que hoy inicia deberá destacarse por ser el año de la eficacia en la implementación de éstas", dijo Peña Nieto durante su discurso en una entrega de premios deportivos.

El mandatario, que devolvió el poder al Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras 12 años en la oposición, firmó al día siguiente de su toma de posesión un acuerdo con los principales partidos de oposición de izquierda y derecha para consensuar una serie de reformas estructurales.

En el marco del llamado Pacto por México, fueron ya aprobadas cuatro reformas -no sin polémicas, como ocurrió con la educativa y la tributaria- y pronto se discutirá una iniciativa de cambio constitucional en materia energética, la más conflictiva de todo el paquete porque propone una mayor apertura del estatal sector petrolero a la inversión privada.

Estas reformas "son la base para que México logre un crecimiento económico más acelerado, sostenible y sustentable durante los siguientes años y décadas", defendió Peña Nieto, cuyo mandato concluye en 2018. "Con mayor eficacia y velocidad debemos mantener el impulso transformador", agregó.

La ambiciosa reforma energética, rechazada por la izquierda y el conservador Partido de Acción Nacional (PAN) porque pondría fin a 64 años de monopolio estatal sobre el petróleo y el gas, permitirá tras la modificación de los artículos 27 y 28 de la Constitución crear "contratos de utilidad compartida" con empresas privadas para compartir riesgos en yacimientos no convencionales. La meta de Peña Nieto es elevar la producción de la debilitada PEMEX, que carece de capacidad para explorar sus recursos en alta mar y de recursos para construir nuevas refinerías, de los 2,5 millones de barriles diarios a 3 millones en 2018 y 3,5 millones hacia 2025.

Dentro de los planes que el mandatario tiene para relanzar a la petrolera mexicana se enmarcó, la semana pasada, la mediación que su Gobierno realizó en el conflicto entre YPF y Repsol para fijar un resarcimiento por la expropiación de la exfilial española en la Argentina.

La solución de ese problema es el primer paso para que PEMEX e YPF conformen una alianza por la cual la empresa mexicana participará en la explotación de un área del yacimiento no convencional de Vaca Muerta aportando tecnología e inversiones. A cambio la compañía argentina brindará asesoramiento en explotación por recuperación secundaria en los declinantes pozos del Golfo de México. Además, esperan asociarse y presentarse juntas en proyectos internacionales petroleros para competir contra grandes empresas del sector, se anunció.

No obstante, las reformas generaron fuertes resistencias en varios sectores sociales y en la izquierda mexicana. El PRD (Partido de la Revolución Democrática) anunció la semana pasada su separación del Pacto por México si el Gobierno no modifica sustancialmente su iniciativa de reforma energética, ya que se opone a cualquier cambio en la Constitución respecto del petróleo, y de otro proyecto de reforma política en discusión en el Congreso.

Ayer, en el primer aniversario del Gobierno del PRI, maestros, sindicalistas y decenas de encapuchados que se autodenominan anarquistas se manifestaron por la capital hasta llegar a la central Plaza del Zócalo, donde se unieron a una concentración convocada por líder de izquierda Andrés Manuel López Obrador. "Estamos aquí para evitar un gran atraco", expresó el dos veces candidato presidencial frente a 40.000 personas.

El político anunció que encabezará un "cerco" pacífico de ambas cámaras del Congreso cuando inicie la discusión de la iniciativa del Gobierno, al que acusa de querer entregar los beneficios del petróleo a empresas extranjeras.

En tanto, la aprobación a la gestión de Peña Nieto descendió ocho puntos porcentuales entre julio y noviembre hasta llegar al 44%, según una encuesta difundida ayer por el diario Reforma. El sondeo indicó que, por primera vez en su gestión, son más los ciudadanos que desaprueban la forma en que está cumpliendo sus funciones Peña Nieto, un 48%, frente a quienes apoyan su labor, el 44%.

En materia económica, México sufre una desaceleración y el Gobierno tuvo que recortar su pronóstico de crecimiento para 2013 del inicial 3,5% al actual 1,3%.

Agencias AFP, EFE y Reuters,

y Ámbito Financiero

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