Dos policías retirados que trabajaban como recaudadores de una cadena de heladerías fueron brutalmente asesinados ayer por al menos cuatro delincuentes que les dispararon con ametralladoras, mientras tomaban un café en un puesto callejero en los bosques del barrio porteño de Palermo.
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El hecho se produjo en Alfredo Berro, entre Casares y Sarmiento, a 20 metros del Jardín Japonés y frente al ingreso principal al Club de Amigos, cuando las víctimas -identificadas como Juan Carlos Rojo y Omar Navarrete- descendieron de una camioneta utilitaria Peugeot Partner para beber un café, como lo hacían todas las mañanas.
En ese momento, los cuatro maleantes sorprendieron a los policías retirados y, según el dueño del puesto y principal testigo del hecho, les advirtieron que era «un asalto», hipótesis que fue apoyada por los voceros de la Policía Federal. Según los investigadores, uno de los efectivos extrajo su arma y habría disparado dos veces contra los delincuentes, que respondieron con una ráfaga de balazos de ametralladoras. Uno de los oficiales recibió ocho tiros y el otro cinco.
El principal testigo, identificado como Paulino Baldeol Quispe de 55 años, quiso escapar corriendo del lugar pero en su desesperada corrida fue atropellado por un taxi, por lo que debió ser internado en observación en el hospital Fernández.
Los delincuentes escaparon a bordo de un automóvil Volkswagen Bora color celeste que fue hallado a 200 metros de la escena del crimen en cercanías del Club de Amigos y de la pista de manejo del Automóvil Club Argentino.
Las pericias al vehículo arrojaron que en la puerta del conductor se encontraron rastros de sangre que podrían pertenecer a un delincuente. También se halló una pistola Bersa calibre 380 y restos de tela roja, que podría ser de un abrigo.
Los policías retirados habían iniciado en la mañana de ayer la recolección de la recaudación del fin de semana de la cadena de heladerías Pérsico.
La versión policial de que fue un robo se vio sustentada en la aparición de un vidrio roto de la camioneta utilitaria -que estaba cerrada con llave- por donde los delincuentes se habrían llevado $ 20 mil.
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