23 de febrero 2010 - 00:00

Avello y Reinoso siguen en el Malba

Con «Volumen», una inmensa torre que emite señales luminosas, emplazada en el ingreso del Malba, Sergio Avello logra abstraer el ruido ambiental y tornarlo visible a través de la luz.
Con «Volumen», una inmensa torre que emite señales luminosas, emplazada en el ingreso del Malba, Sergio Avello logra abstraer el ruido ambiental y tornarlo visible a través de la luz.
El Malba anunció que hasta diciembre de 2010 continúa la exhibición de las obras de Pablo Reinoso y de Sergio Avello. «Volumen», de Avello, es una inmensa torre emplazada en la explanada de ingreso al Museo que emite señales luminosas, y se asemeja a un gigantesco semáforo, cargado de luces verdes, amarillas y rojas. Del fárrago de la realidad cotidiana, del incesante ir y venir del tránsito y de la gente que circula por la Avenida Figueroa Alcorta, Avello logra abstraer el ruido ambiental y tornarlo visible a través de la luz. Sensibles como el oído de un músico, los focos amarillos delatan hasta el más mínimo ruido. Los rojos se encienden todos a la vez con el paso de los aviones y palpitan de acuerdo al volumen de los bocinazos, frenadas y arranques que se suceden sin pausa. Las luces verdes, indicadoras del silencio, irradian su benéfico resplandor cuando ha pasado la medianoche. La obra funciona como un despertador de la conciencia.

Inesperadamente, quienes se detienen a ver la obra y asocian el vaivén luminoso al ruido ambiental, descubren los prepotentes y violentos ruidos que invaden un barrio supuestamente tranquilo. Pero con su ambiguo formato, que se puede asociar a un semáforo tanto como a un inmenso parlante, induce a evocar la música. Avello, que además de excelente artista es un avezado disc jockey, conjuga el arte lumínico con lo indeseable del ruido. Con un «vumetro» (aparato que traduce en luz el sonido), con los ritmos feroces del tránsito y un insolente parelelepípedo negro emplazado en el lugar más visible del Malba, Avello trae el recuerdo de los efectos seductores de la música que es, como se sabe, «la más abstracta de las artes».

«Enredamaderas», de Reinoso, es un banco ubicado en la galería del segundo piso, cuyas ramificaciones invaden las barandas y se enredan literalmente, para quedar luego colgando del vacío y vuelver a enredarse para dar origen a otro banco.

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