Cunha, líder del ala opositora del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), quedó ayer en incómoda posición cuando el oficialista Partido de los Trabajadores instruyó a sus tres miembros en el Consejo a votar contra Cunha en el proceso de destitución que se le abrió por haberle mentido a una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), a la que le ocultó la tenencia de varias cuentas secretas en Suiza. Las mismas, que se sospecha contienen depósitos millonarios desviados de Petrobras.
El Consejo de Ética debe votar esta tarde sobre la opinión del instructor del caso, diputado Fausto Pinato, favorable a la continuidad de la investigación por "violación del decoro parlamentario" pedida por dos partidos de izquierda.
Versiones indicaron que, horas antes de la votación, Cunha le advirtió al Gobierno que su esperada decisión sobre el juicio político contra la presidenta, Dilma Rousseff, estaba atada a la decisión de los legisladores del PT. "Eso está en manos de ustedes", fue la frase de Cunha, según el sitio web del diario O Estado de Sao Paulo.
El diputado Zé Geraldo, uno de los tres petistas del Consejo dijo que el líder de la Cámara baja, conocido como el "hombre bomba" de Brasilia, le puso "un cuchillo en el cuello" al Gobierno al amenazar con el "impeachment.
En tanto, también entró ayer en serios problemas el presidente del Senado, Renán Caheiros, también militante del PMDB pero a diferencia de Cunha aliado de la presidenta Dilma Rousseff. La Procuración General de la República anunció ayer que lo investigará por posible corrupción, una semana después de la detención de otro senador oficialista, Delcídio Amaral, en el marco del escándalo en Petrobras.
El procurador Rodrigo Janot le pidió al Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) autorización para realizar una investigación sobre Calheiros, sospechado de ser parte de una red de corrupción que manipuló contratos y sobornó a funcionarios en perjuicio de la petrolera estatal.
Según analistas locales, se descuenta que el STF dará su aval. Una eventual caída en desgracia de Calheiros causaría una nueva y mayor conmoción a la coalición oficialista.
Esos observadores recordaron que el miércoles de la semana pasada el alto tribunal ordenó la prisión del senador Amaral, jefe del bloque oficialista en el Senado, luego de obtener evidencias de que obstruyó las investigaciones judiciales sobre el "Petrolão". Esa detención desató una crisis por la cual Rousseff debió abreviar su gira internacional y emprender el lunes el retorno desde Francia, donde participó de la cumbre sobre el cambio climático.
Antes de embarcar hacia Brasilia la mandataria reconoció su "perplejidad" al ser informada de la prisión de Delcídio Amaral, del Partido de los Trabajadores, cuya caída dejó acéfalo al bloque de senadores oficialistas.
Esto supone dos problemas para la mandataria. Por un lado, una creciente parálisis del Congreso, donde necesita el aval a varias medidas de ajuste fiscal, situación que sólo se agravaría si Calheiros y Cunha caen de lleno en el "Petrolão". Por el otro, Amaral estaría enviando señales al Gobierno de que se siente "abandonado" y que podría por ello convertirse en delator, de modo de reducir una eventual condena en su contra.
Agencia ANSA y |
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