Ella en la región pampeana, otras en Capital, o en distintas provincias, la imagen es repetida: según la sanidad de estructura, o la robustez del grupo de control, por oposición a quienes están complicadas en lo económico, se llega a uno u otro saldo.
De un tipo de negocio donde para nada tiene relación la capacidad de ganar, con la inversión en juego. Lo que, por lógica, se traslada a las acciones de las que son cotizantes en Bolsa. El repaso del quinquenio es como una foto que apenas se retoca, pero mantiene la misma figura. Los $ 38 millones que recogió la compañía en lo «operativo» de nueve meses, tiene similitud casi exacta con lo de 2008. Mientras que sus saldos «ordinarios» de ahora -$ 31 millones-y la línea final, con $ 13,9 millones, hallan su pareja en lo hecho en 2007.
Y en todos los renglones, la actualidad del cuadro de la sociedad es inferior a las cifras logradas en 2006. Siendo que su labor se replica cada ejercicio, las diferencias en más o en menos provienen de efectos financieros distintos. Del movimiento de costos y gastos: con el «ancla» echada, en cuanto a tarifas. Han pasado nueve meses y el resultado de Camuzzi equivale a sólo el 4% del capital actual y nada más que el 1,5% sobre lo patrimonial. Insuficiente, a las claras.
El mérito que puede hallarse es su comparación con 2009, donde la compa-ñía cayó en la pérdida por $ 2 millones. Atiende a casi 1,2 millón de clientes en su región, continúa con plan de obras y cumple con lo suyo: mientras espera...
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