5 de julio 2016 - 00:00

Cuatro récords seguidos

Cuatro récords seguidos
 Cuarto máximo histórico al trepar el Merval 0,77% a 15.229,31 puntos. A la cabeza de la suba, Cresud sumando 5,38%, Aluar 3,24% y San Miguel 3,05%. En un sentido contrario, Tenaris retrocedió 1,33%, el Banco Macro 0,9% y el Grupo Galicia 0,75%. En el panel general las estrellas fueron Carboclor (+14,13%), Ausol (+12,42%) y Agrometal (+10,58%) mientras Domec (-3,47%) y Telecom (-1,79%) las estrelladas. Los 57 papeles en suba, frente a 7 que quedaron sin cambios y 14 que cerraron al alza, con un volumen negociado de $230,4 millones dieron cuenta de un mercado que se está moviendo por su propia cuenta, más allá de la casi obligada referencia norteamericana (Wall Street estuvo cerrado ayer en conmemoración del 4 de Julio). Esto nos lleva al tema pendiente sobre el incremento de los volúmenes negociados en acciones que hicimos la semana pasada. Decimos incremento porque, dejando de lado la rueda de ayer, lo negociado en las nueve ruedas del 21/6 al 1/7 promedió en Buenos Aires u$s27,3 millones diarios, un máximo desde el 16/11/10. Pero vamos por partes. Durante 2014 el promedio diario fue de u$s12,5 millones, u$s13,5 millones en 2015 y u$s15 millones en lo que va de 2016. Frente a esto, lo negociado en Nueva York (Global X + 14 ADR argentinos más líquidos) alcanzó u$s141,8 millones diarios en 2014, u$s129,4 millones en 2015 y u$s125,8 millones en lo que va de 2016. Mientras a largo plazo el interés local por los papeles argentinos locales parece haber crecido, lo contrario parece haber sucedido en Nueva York (el volumen vernáculo pasó del 9% operado en Wall Street en 2014 al 12% este año). Como el volumen promedio en Wall Street durante las nueve ruedas de marras fue superado en 157 oportunidades y viene retrocediendo desde el 24 de junio, podemos argüir que mientras el interés de los inversores locales ha crecido de manera extraordinaria en el corto plazo, el de los inversores extranjeros no lo habría hecho -e incluso parecería menguar-.

La conclusión tras tanta cháchara apunta que la suba del volumen local sería un fenómeno eminentemente de ese carácter y no habría contagiado a los inversores extranjeros. Esto no significa que no haya crecido el interés de los inversores externos por la Argentina, sino que en el caso particular de la inversión en riesgo, ésta no se refleja en hechos concretos, lo que no significa que no se vaya a reflejar más adelante.

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