- ámbito
- Edición Impresa
Diálogos en el recinto
Periodista: ¿No va a poner el cartelito de "cerrado por vacaciones"?
Frank Underwood: Jamás. ¿Por qué?
P.: entre el Mundial y los viajes no se detecta vida en los pasillos del Congreso.
F.U.: Es cierto, pero es cuando hay que estar más atento. En estos momentos, los silencios son ensordecedores.
P.: ¿Por los problemas de Amado Boudou?
F.U.: Eso es una parte. Pero estos muchachos no aprenden más. A la gente no le gusta que le cuenten que nos vamos todos a viajar por el mundo. Mire, hay un grupo que se fue a Ginebra (Suiza) a la Asamblea Anual de la OIT. Les encanta ese viaje; no se lo pierden ningún año. Una semana en Suiza y en una cumbre sin compromisos. Total, allá todos hablan de subir salarios y pelearles condiciones a las empresas. Otros se fueron a Montevideo a la Cumbre del Parlamento del Mercosur. ¿Hace falta explicarle lo estratégico del tema? Si ni siquiera funciona el Mercosur. Y está el grupo que partió a Washington a "lobbiar" contra los buitres. Ésos, por lo menos, van con órdenes.
P.: ¿Cómo ve la misión de legisladores a Washington por el juicio de los fondos buitre?
F.U.: Es un plan de Julián Domínguez. El oficialismo no comparte nunca éxitos; por ello la desconfianza en opositores. Es un gesto, pero no influye en la decisión de la Corte de EE.UU. en nada. A algunos el viaje los atrae por una cuestión de ego...
P.: ¿Qué puede pasar de relevante en materia de sesiones en pleno Mundial de fútbol?
F.U.: No hay cuestiones importantes por delante. Fíjese que la última, en la que vino Capitanich, tuvieron que pelear para lograr quórum y recurrir a "Tato" Brown y hasta a Claudio Lozano... Igual, hay movimientos siempre y de todo tipo. Fíjese el llamado de Miguel Galuccio para reunirse con Macri, la Michetti, Pinedo, Santilli. Será un primer paso para conversar con otros sectores. ¿Querrá generar apoyos para quedarse después de 2015? La realidad es que Galuccio es de los técnicos, de la línea "friendly" del Gobierno.
P.: Y va a seguir convocando legisladores...
F.U.: De todos los bloques. Seguramente, habrá una excursión a Vaca Muerta, como ya hizo con funcionarios. Pero de fondo, lo único que importa es la Ley de Hidrocarburos. El reclamo de Galuccio y de las empresas extranjeras, como Chevron, es que para invertir tienen que lograr un acuerdo con las provincias y también con YPF. La intención es que se llegue a acuerdo con YPF, que a su vez acordará antes con provincias. Va a ser un test para la alianza del Gobierno con Neuquén y Chubut.
P.: ¿Qué pasó con Martín Lousteau y el viaje a Washington?
F.U.: En la idea del Gobierno, que incluyó directivas de Cristina, había que llevar algún opositor sí o sí. Macri aceptó, también Massa. Y tanto apuraron que a último momento a Lousteau lo hicieron cambiar de opinión y viajó.
P.: ¿Y cómo quedó con el resto de UNEN que se negó a subirse a ese avión?
F.U.: Lousteau llamó al radical Mario Negri para explicarle. Y Negri le dijo: "Vos no sos de mi grupo; hacé tranquilo lo que quieras". No sonó muy bien. La cosa empeoró, porque Lousteau se equivocó de documento.
P.: ¿De qué documento?
F.U.: UNEN firmó uno de apoyo a la posición argentina. El kirchnerismo, otro. Lousteau se equivocó y firmó los dos. Tuvo que pedir que le sacaran la firma al K.
P.: ¿Se lo van a perdonar?
F.U.: Nunca se olvide que para aquellos de nosotros que estamos escalando hacia el tope de la cadena alimentaria, la piedad no puede existir. Sólo hay una regla: cazar o ser cazado.
P.: Lo cambio de tema. Siguen extrañas las relaciones del peronismo rebelde con el kirchnerismo en el Senado, ¿no?
F.U.: Bueno, hace tiempo que yo le alerté del nacimiento de Peroslavia.
P.: ¿Perdón?
F.U.: En los últimos meses, Adolfo Rodríguez Saá se fue acercando mucho a Pichetto. Ahora es uno de los que se fueron a Montevideo, pero le mandó un diputado de Compromiso Federal a la delegación que fue a Washington. Siguen dándose cuenta de que para ellos no es negocio jugarla siempre de outsiders del PJ. Hoy se negocia todo; serían inocentes si no lo hicieran con lo poco que falta para el año que viene. Este año se quedaron con más cargos en comisiones; Pichetto los cuida más que nunca.
P.: No me explicó lo de Peroslavia.
F.U.: Lo de Rodríguez Saá no es un caso aislado. Las pequeñas naciones que se dividieron del PJ en la era Kirchner (y antes también) ya se mueven, y el lugar donde más se ve eso es en el Senado. Sergio Massa es un motor importante de esos movimientos. Después de la elección de 2013, los que antes estaban en las antípodas, hayan sido kirchneristas o antikirchneristas, se reivindican como peronistas. Todo ejercicio de supervivencia mirando a 2015. A esa tibia unidad de exindependentistas que se viene ya le pusimos nombre: Peroslavia, el germen de la nueva nación peronista. Sólo hay que esperar que el kirchnerismo disidente mande embajadores.
P.: Estamos en medio de presiones sobre la economía y el Congreso parece fuera de todo eso...
F.U.: Existen movimientos, menores, pero muchos, sobre los que no está poniendo atención. Todos los días ingresan decenas de proyectos de diputados de todos los bloques. ¿Sabe de qué es el 90% de ellos? Para bajar impuestos. IVA, Ganancias, retenciones, todo para abajo.
P.: ¿Hay peligro inminente?
F.U.: No; está claro que ninguno de ellos va a avanzar por ahora, pero es un mal antecedente para cuando el viento electoral cambie. No hay que olvidar lo que sucedió con la agenda que armó la oposición en 2009. Es un mal indicio también para la economía: mientras el mercado sólo espera señales de tranquilidad fiscal desde el Gobierno (que no llegan, por lo menos, con el aumento del gasto), en el Congreso sólo se habla a futuro de bajar impuestos. No es una buena noticia, y menos para el Gobierno que venga, que deberá hacerse cargo. Son presiones que se acumulan para cuando termine esta era; ya lo vimos.
P.: Como el caso Recalde...
F.U.: Sí, es lo mismo. Héctor sigue la misma gimnasia de siempre. Este año volvió a representar como 95 proyectos de reformas laborales. No hace falta explicar que no hay país que aguante el costo de semejantes cambios. Pero por este año no hay peligro con Héctor Recalde. Mientras nadie lo mira, él sigue presentando sus proyectos, pero la Casa Rosada casi no se los habilita. Lo hizo Néstor Kirchner cuando le frenó unos 30. La inflación los llevó ahora a casi 100, todos contra empresas. Es otro tema para el futuro: el Gobierno sólo mira que los recintos no lo compliquen y ni se fija qué está pasando en el subsuelo.
Dejá tu comentario