- ámbito
- Edición Impresa
Diálogos en Wall Street
El rebote de la Bolsa fue muy potente, pero ayer su impulso se acabó. ¿Qué sigue? Con Gordon Gekko pasamos revista a los temas clave de la agenda.
Gordon Gekko: No tiene mucho de dónde agarrarse.
P.: ¿Es el rebote del gato muerto?
G.G.: No está muerto quien pelea. Pero es un gato extenuado.
P.: ¿Tenemos un mercado que, por fin, sigue de cerca los avatares de la geopolítica?
G.G.: Eso simula. Se lo ve muy interesado en descubrir cuáles son los próximos pasos de Vladímir Putin, el movimiento de tropas en las fronteras. Cuánto le preocupa de veras, no lo sé.
P.: Hay mucha expectativa por el convoy ruso que lleva ayuda humanitaria al este de Ucrania.
G.G.: Como comprenderá, un tema que sólo puede captar la atención de Wall Street en circunstancias muy excepcionales, y por poquísimo tiempo.
P.: Ucrania puede ser una excusa, pero las noticias de Europa son muchas. Italia en una triple recesión, Portugal con una caída de precios del 0,7%...
G.G.: Anote la caída del índice de confianza en Alemania de 27,1 a 8,6 en julio.
P.: Alemania ya no es ajena a la agonía.
G.G.: La impresión es que se estancó.
P.: Lo llamativo es que la Bolsa, en ese contexto, haya tenido resto para el contraataque...
G.G.: La reacción no partió de Europa, sino de Wall Street.
P.: Pero las Bolsas europeas, luego, acompañaron.
G.G.: Sí. Pero no les pida nada. Bastante si se mantienen a flote.
P.: No hay que ser muy perspicaz para anticipar los pedidos que lloverán sobre el BCE para que tome cartas en el asunto. Quizá las Bolsas europeas puedan colgarse de esas expectativas.
G.G.: Lo bueno de este parate -si cabe ponderar algún aspecto- es que Alemania también está involucrada. Uno piensa que los reclamos tendrán mejor recepción. Pero, de movida, no espere que el BCE cambie su agenda. Mario Draghi ya hizo, en la última reunión, lo que podía...
P.: No hizo nada.
G.G.: Se encargó de puntualizar lo endeble que son los fundamentos que sostienen al euro, "peores que dos o tres meses atrás". Nos recordó, además, que varios bancos centrales han decidido reducir su exposición. Y que los mercados consideran que las tasas reales de interés permanecerán en terreno negativo mucho más tiempo en Europa que en EE.UU.
P.: Sólo le faltó añadir que el que apuesta al euro pierde.
G.G.: No tiene margen operativo para mucho más. El BCE cruza los dedos para que el euro se deprecie (lo que no consigue todavía) y, para que el mes que viene, cuando los pases de largo plazo entren en funciones puedan reanimar la oferta de crédito bancario.
P.: ¿Lo ve probable?
G.G.: No tan improbable, como tardío. Pero, en todo caso, hay que intentarlo.
P.: Me queda claro que Wall Street no se va a apoyar en Europa si pretende recuperar la vertical. Pero tampoco se llegará muy lejos si el único gatillo es un mercado exageradamente vendido, como ocurrió la semana pasada.
G.G.: Al lado de Europa, los Estados Unidos son
una maravilla. Allá todavía hay que rescatar bancos de envergadura con fondos públicos -como el Espirito Santo-, en los Estdos Unidos. la banca ganó 40 mil millones de dólares en un trimestre. El crédito bancario a empresas crece el 12 por ciento, la economía crea más de 200 mil puestos de trabajo por mes, y cuando uno se pregunta por el banco central, el interrogante no es la inyección de estímulo, sino su retiro.
P.: Para la Bolsa, tantas buenas noticias pueden dejar de serlo si presuponen un inminente paso al costado de la Fed.
G.G.: Qué hará la Fed
con todo esto es la pregunta del millón. Y mientras no haya respuesta clara, tampoco la Bolsa arriesgará una opinión tajante. Daremos vueltas, simularemos interés vaya a saber en qué asuntos, nada importante. Pero nos mantendremos en línea por si se produce una definición. Jackson Hole, el 21, es la cita que todos tenemos marcada.
Dejá tu comentario