"Si España no hubiera pedido la ayuda financiera (para sus bancos), habría acabado rescatada", explicó Luis de Guindos al diario El País. "Porque el problema era que la percepción de la realidad era mucho peor que la realidad misma. Lo bueno de la ayuda financiera fue que pusimos todo encima de la mesa" con las pruebas de resistencia exigidas a los bancos españoles para determinar la amplitud de sus necesidades de capital.
España, en recesión desde finales de 2011, generó muchas dudas en los mercados en 2012, lo que incrementó sus costos de financiación y estuvo a punto de obligarla a solicitar un rescate europeo para su economía.
Finalmente, esta ayuda se limitó al sector bancario, debilitado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, un sector al que estaba muy expuesto. En junio de 2012, la zona euro le concedió una cantidad de hasta 100.000 millones de euros, de la que los bancos recibieron 41.300 millones.
Luis de Guindos afirmó ayer que España no piensa en pedir más fondos. "Habría que negociar otro contrato y no es el caso, porque las dudas se han despejado y el Tesoro se financia en los mercados". El ministro repitió también el mensaje optimista sobre la salida próxima de la recesión avanzada por el Gobierno desde hace varias semanas. "La recesión ha quedado atrás. La cuestión ahora es cuán intensa va a ser la recuperación", afirmó el ministro.
El Producto Bruto Interno (PBI) de España retrocedió un 0,5% durante el primer trimestre de 2013, lo que supone el séptimo trimestre consecutivo de repliegue. En el conjunto de 2013, el Gobierno prevé una contracción del PBI del 1,3%. Por otra parte, el desempleo toca un histórico récord del 27%.
Agencia AFP |
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