El dibujo de Mayorga: un “Yo acuso” a la iniquidad del hombre

“Barcos de la serie de la flota”, de Marcelo Mayorga, que integra la exposición de homenaje a su obra que se puede ver en el Museo Eduardo Sívori.

En el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori se exhibe la excelente muestra de Marcelo Mayorga (1941-2012). Mayorga perteneció generacionalmente a esa "banda" genial de dibujantes argentinos, entre ellos Ponce, Carmona, Sapia, Meijide, Klix y Langone, que no ahorraron nada para testimoniar momentos turbulentos de la vida argentina, un dibujo- denuncia de un realismo crítico social que no soslayó el humor y la crítica mordaz.

El dibujo de Mayorga es un "Yo acuso" al hombre capaz de consentir iniquidades de toda laya, al cómplice que dejó y deja pasar delante de sus narices, la corrupción, el poder del dinero, la proliferación de las villas, la prostitución, el machismo, la venalidad, el proceso, la guerra inútil que marcó a los argentinos para siempre. Este "Yo acuso" carece de tono panfletario, es una teatralización asordinada de personajes grotescos que pululan en el hábitat del poder. Hay un paisaje urbano sin un ser humano a la vista, latente en las construcciones, situaciones ambiguas, misteriosas, animales humanizados, barcos, aviones, naufragios, inundaciones, salones vacíos, muchedumbres apiñadas, corte de los milagros, en planos distintos, como si quisiera ir revelando una historia por entregas.

Lápiz carbón, tinta sobre papel, tinta color, óleos y acrílicos sobre tela son reveladores de su gran oficio pero no se queda allí, sino que revela su pensamiento, su compromiso, su poética, una obra metafórica en la que su capacidad de narrador le hace un guiño al contemplador. Un maestro del claroscuro, sus barrios fantasmales, silencioso, "Te hace falta silencio, Buenos Aires", "Se ve mejor en la penumbra/se oye mejor en el silencio", escribió alguna vez. Tuvo una obsesión por las cúpulas. Desde una de ellas, un personaje se sienta a mirar el río por donde pasa un barco de guerra. El clima bélico está instalado. Los muebles de sus interiores tienen carnadura, hay infinidad de situaciones que bordean el absurdo y ahí también reside la magia de su creatividad. Parafraseando a Jorge Ortigueira en su texto del catálogo, utilizamos el presente porque su obra vence al tiempo.

Acompaña la muestra un importante libro de 170 páginas, idea, edición, producción y dirección de la destacada artista Marta Pérez Temperley, con ilustraciones, fotografías y textos de Raúl Ponce, Armando Sapia, Elba Pérez, Silvia Pellegrini, Blas Vidal, Isabel de Larrañaga, Jorge Bedoya, Laura Feinsilber, que han seguido su trayectoria. Cierra el 14 de diciembre (Paseo de la Infanta 555).