2 de noviembre 2023 - 00:00

“Ese crimen es mío”: deliciosa comedia policial

Ese crimen es mío. Rebecca Marder, Isabelle Huppert y Nadia Tereskiewicz en el film de François Ozon.

Ese crimen es mío. Rebecca Marder, Isabelle Huppert y Nadia Tereskiewicz en el film de François Ozon.

París, 1935. Se levanta un pequeño telón dibujado. Una piscina refleja la mansión de donde saldrá, apresurada, nerviosa, la joven protagonista. A su amiga y compañera de deudas le dirá que huyó de un salvaje acosador. Al rato cae un policía: el dueño de la mansión apareció muerto y ella es la principal sospechosa. Para el juez, no caben dudas. Del móvil del crimen dependerá la sentencia. ¿Qué dirá la acusada? Acá empieza el enredo, porque ella es actriz, la otra es abogada, los hombres son manejables, ellas pueden escalar posiciones según les vaya en el juicio, y esto es una comedia.

De pronto aparece la verdadera asesina, para sacar tajada de la fiesta mediante el chantaje. Hay más: la sospechosa tiene un novio pavote, hijo de un empresario en la cuerda floja. Y todavía más: hay diálogos brillantes, uno atrás del otro, frases bien calzadas sobre la Justicia, la simulación, la situación de la mujer, su derecho a matar al abusador y también al marido molesto, un juego de doble moral alegremente inmoral pero divertido, dos jóvenes actrices en ascenso (Nadia Tereskiewicz y Rebecca Marder) apuntaladas por figuras de primer orden (Fabrice Luchini, el juez torpe, Isabelle Huppert, la chantajista, Dany Boon, un tipo comprensivo, André Dussolier, el futuro suegro, Michel Fau, el fiscal, que hace un discurso graciosísimo explicando por qué razón declarar inocente a la chica sería muy mal ejemplo), hay un tono de farsa muy bien llevado, y, a la cabeza, un director que conoce el paño, sabe llevar la batuta y llena al público de alegría cada vez que hace una comedia: François Ozon.

Suyas son “Ocho mujeres” y “Potiche”, que acá se llamó “Mujeres al poder”. Como dichas películas, “Ese crimen es mío” bromea sobre la famosa guerra de los sexos, hace lucir a intérpretes y técnicos y rescata una obra preciosa del teatro popular francés. Para el caso, “Mon crime”, de Berr y Verneuil, 1934, donde un abogado trata de salvar a su mujer, mentirosa crónica, y alguien va a chantajearlos. En 1937 el hoy olvidado Wesley Ruggles la llevó al cine como “True confession”, con Carole Lombard y Fred MacMurray (en Portugal la retitularon “Sao assim as mulheres”, buenísimo). La versión que ofrece ahora Ozon gana puntos convirtiendo al matrimonio en dos chicas que viven juntas, con las suspicacias del caso, y agregando frases de Louis Jouvet y homenajes a una estrella de otros tiempos, Danielle Darrieux, de quien se escuchan las dulces canciones “Le bonheur, c’est un rien” y “Sans un mot”. Para cierre, y tras un epílogo burlón e inesperado, en vez de bajar el telón aparecen gozosos titulares indicando el destino previsible de cada personaje. Un detalle para conocedores: la película que van a ver las chicas una noche, “Mauvaise grain”, es la primera película del maestro Billy Wilder. Ese modelo de ligereza, precisión e ironía es el que toma Ozon en esta comedia.

“Ese crimen es mío” (Mon crime, Francia, 2023); Dir.: F. Ozon. Int.: N. Tereskiewicz, R. Marder, F. Luchini.

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