“Robé algunas situaciones de Ana Karenina con su marido, el funcionario, y busqué imaginar esas emociones y contradicciones en la actualidad”, dice Eva Halac, autora y directora de “Ana Karenina en Halloween”, que debuta el lunes próximo en El Picadero, con actuaciones de Flor Torrente y Federico Salles. Inspirada en la novela de León Tolstói, Halac reflexiona sobre la fantasía individual de cada uno cuando se vive en pareja y el paso a otra dimensión, un umbral entre dos mundos, enmarcado en una fantasmagoría donde cobra vida todo aquello de lo que uno se despide, a propósito de la celebración de los muertos. Dialogamos con Halac.
Eva Halac: “Pensar a Ana Karenina en el presente”
El lunes estrenará, en El Picadero, una obra de su autoría sobre la afamada heroína de Tolstói, pero contextualizada en una fiesta de Halloween.
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Ana Karenina en halloween. Flor Torrente, Eva Halac y Federico Salles estrenan el lunes próximo.
Periodista: ¿Por qué Ana Karenina?
Eva Halac: Me atrae de Ana Karenina ese desenfreno mental, donde la realidad nunca está a la altura de la imaginación. La pensé en la actualidad, porque tiene un reto al destino extemporáneo.
P.: ¿Qué surge del interrogante sobre si las ambiciones individuales son compatibles con tener hijos y formar una familia? ¿Cómo resuena eso en usted?
E.H.: El interrogante queda expuesto. Cuánto queda de un lado y del otro. Creo que Tolstói se divierte cuando pone a todos esos extravagantes y aventureros en medio de hijos y parientes. Aquí los personajes son una actriz y un diputado, en un loft de Colegiales. Son jóvenes, están cargados de fantasías sobre sí mismos y la llegada del hijo los enfrenta a un espejo diferente. En lo personal, la obra tiene cosas mías y de distintas mujeres, amigas que me confiaron historias.
P.: ¿Cómo es esa relación entre un hombre y una mujer y despedirse de una forma de imaginar la vida?
E.H.: Más allá de que creo que las consecuencias de ser padres son distintas para un hombre y una mujer, existe un volumen de acciones potenciales en el plano imaginario, de las que se despiden, es como una despedida a futuro.
P: ¿Qué hay de los sueños de cada uno que a veces no son compartidos?
E.H.: En esta historia ya son padres, él fantaseaba con la paternidad y ella no, y pasados dos años todo lo que dejó atrás explota en esa noche. Pero también ocurre que se descubren más parecidos entre sí de lo que creían.
P.: ¿Por qué la fiesta de disfraces y Halloween?
E.H.: Ellos regresan de una fiesta de Halloween, y como en la escena de Ana Karenina, lo ocurrido en la fiesta los desvela. Es una fiesta en la que ella quería quedarse. Halloween es también la Fiesta de todos los muertos, una fantasmagoría dónde cobra vida todo aquello de lo que nos habíamos despedido.
P.: Siempre en sus obras aparece algo de los medios de comunicación, esta vez la entrevista a la que tiene que asistir el político ¿Cómo se cruzan esas esferas?
E.H.: El es un diputado de la ciudad, entre progresista y bienintencionado, hace equilibrio entre la realidad y salvar las apariencias. Tiene una entrevista televisiva al día siguiente, porque su vida política fue creciendo al lado de ella. Son personajes que me entusiasman porque tienen mucho de esa proyección hacia el afuera como los actores, con sus consecuencias.
P.: ¿Cómo es ese político y cómo ve este contexto preelectoral?
E.H.: Y… me parece que vivimos en una sociedad mutante y muy al límite, hay crisis de representación, como antes hubo en el teatro. Luego de aquella crisis el teatro se volvió menos debate de ideas y más autorreferencial, un poco lo que hoy es el escenario político. Todo es personal.
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