22 de octubre 2015 - 00:22

Exhibicionismo y anticipo de unidad gremial para el próximo Gobierno

• SE ABRAZARON MOYANO Y WEST OCAMPO, PERO SE AUSENTÓ CALÓ.
• EN NOVIEMBRE, PLENARIO DE SECRETARIOS GENERALES.

Armando Cavalieri
Armando Cavalieri
 El abrazo entre Hugo Moyano y Carlos West Ocampo, los dos mayores rivales que dio el sindicalismo peronista contemporáneo, graficó la dimensión y el posible impacto de la reunión que mantuvieron ayer dirigentes de las versiones oficialista y opositora de la CGT como mensaje al próximo Gobierno y con vistas a la reunificación de la central obrera. La cumbre, en un hotel céntrico, tuvo como gran ausente a Antonio Caló, el metalúrgico que permanece al frente de la CGT más cercana al Ejecutivo y que aspira a conservar el rol de interlocutor del gremialismo con el próximo presidente, a pesar de que una denuncia lo marginó del último tramo de la campaña electoral de Daniel Scioli.

El objetivo de los 23 gremialistas que compartieron el almuerzo fue, centralmente, posicionarse ante el recambio de autoridades como factor de poder con margen para colaborar con la nueva administración, y eventualmente ejercer presión para sostener los tres pilares de su poderío: el modelo de monopolio de representación, el sistema de obras sociales y la negociación salarial por paritarias. En esa doble condición optaron por diferenciarse de Caló, que junto a sus aliados le ofreció a Scioli una incondicionalidad similar a la que tuvo por Cristina de Kirchner.

La sumatoria de afiliados les otorga a los reunidos ayer una abrumadora mayoría en la interna de la CGT: estuvieron los "gordos" Armando Cavalieri (Comercio), Carlos West Ocampo y Héctor Daer (ambos de Sanidad); los independientes Gerardo Martínez (albañiles, UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Andrés Rodríguez (estatales, UPCN), ambos sectores dentro de la central oficialista. También, Hugo Moyano y aliados de su sector opositor, como Oscar Mangone (personal del gas), Abel Frutos (panaderos) y Carlos Mancini (trabajadores de la Ceamse), y referentes de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) como Roberto Fernández, Mario Calegari (colectiveros, UTA) y Omar Maturano (maquinistas de trenes, La Fraternidad).

El sector de gremios del transporte fue la nueva incorporación para los negociadores de la unidad de la CGT, que semanas atrás habían compartido un encuentro más reservado que sólo trascendió luego de que Gerardo Martínez diese a conocer una selfie con otros comensales. Ayer también estuvieron Rodolfo Daer (Alimentación), Víctor Santamaría (encargados de edificios), Gerónimo Venegas (peones rurales), Omar Plaíni (canillitas), Carlos Sueiro (Aduana), Raúl Epelbaum (señaleros ferroviarios), Alberto Roberti (Federación de Petroleros), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Roberto Coria (guincheros) y Carlos Bonjour (Utedyc, personal de entidades civiles y deportivas). Y hubo ausentes que adhirieron a la convocatoria, como el bancario Sergio Palazzo, el petrolero neuquino Guillermo Pereyra y el municipal porteño Amadeo Genta.

Entre los ausentes se destacaron, además de Caló, el taxista Omar Viviani (alegó que debía ir al acto de cierre de campaña del Frente para la Victoria porteño, en el Luna Park); el mecánico Ricardo Pignanelli; Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza), quienes habían tenido días atrás su propia jornada de reflexión con un aval explícito al metalúrgico como interlocutor ante el poder político.

Del encuentro en el hotel Castelar se difundió un documento, que destaca la necesidad de un movimiento obrero unido y solidario y tres planteos con el carácter de demandas: sostén del modelo sindical; mantener la negociación colectiva libre, por rama de actividad y la convocatoria anual al Consejo del Salario, para garantizar la redistribución del ingreso, y asegurar el financiamiento del sistema de salud de las obras sociales gremiales.

Respecto de la unidad, aunque no fijaron fecha citaron a un plenario de secretarios generales (una autoconvocatoria, ya que la formalidad está en manos de Caló) para fines de noviembre, y hasta entonces mandataron a una comisión para sumar a más gremios al proceso de fusión. De prosperar la confianza entre todos, el próximo encuentro podría ser en la histórica sede de Azopardo de la CGT, en el salón "Felipe Vallese". Tampoco se habló ayer de un líder, pero tanto Moyano como West Ocampo y Cavalieri admitieron ser parte del pasado y destacaron la necesidad de una renovación en la jefatura de la futura CGT.

La convocatoria de ayer concitó la atención del Gobierno y también de Scioli, que había elegido a Caló como interlocutor con el sindicalismo pero a quien debió relegar de la campaña luego de las denuncias en su contra por presunto lavado de dinero. El candidato envió a uno de sus colaboradores para interiorizarse sobre el documento que firmaron todos los participantes.

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