13 de junio 2019 - 00:00

Diálogos de Wall Street

La agenda inmediata incluye reunión de la Fed y, luego, del G-20. Conversamos con Gordon Gekko sobre su importancia.

Diálogos

Periodista: Los idus de junio traerán una reunión de la Fed la semana próxima y una Cumbre de líderes del G-20 el 28/29. ¿Qué esperar? ¿Baja de tasas o dejar todo tal cual está hasta después de la Cumbre? ¿Un acuerdo comercial –o una tregua– entre Trump y Xi Jinping? ¿O un faltazo del hombre fuerte de Beijing?

Gordon Gekko: Trump tomará lista en Osaka. Y si Xi no asiste, los aranceles sobre las importaciones chinas aumentarán automáticamente.

P.: ¿Usted qué piensa? Después de ver los números de la inflación minorista de mayo - +0,1% - se dice que a la Fed de Powell la corre la prisa por actuar. ¿Arrancará la meneada rebaja de tasas la semana venidera?

G.G.: Hay gente muy ansiosa. Y los futuros hoy apuestan a una posibilidad en cuatro de que el banco central recorte 25 bps la tasa el próximo miércoles (un mes atrás, las chances previstas eran del 10%).

P.: No es descabellado.

G.G.: Urgencia no veo. Las expectativas de los mercados repuntaron con fuerza cuando Powell prometió ocuparse. Y la visibilidad será mayor después del cónclave del G-20. A fin de julio, hay otra reunión de la Fed, y con esos elementos de juicio, se podrá tomar la decisión correcta.

P.: Hay quien afirma –la gente de Pimco– que la reducción de tasas en julio, llegado el caso, podría ser de medio punto.

G.G.: O, alternativamente, si los aranceles se disparan como Trump lo prometió porque no se logran progresos en la negociación comercial, la baja de tasas puede ocurrir en el período inter-reuniones.

P.: La Bolsa es sensible a la especulación sobre las tasas cortas y la voluntad de la Fed de ponerlas en juego para evitar que la expansión se debilite. Los bonos no prestan demasiada atención, y siguen sumidos en rendimientos muy bajos. ¿Quién acierta? ¿Quién se equivoca?

G.G.: Desde que Trump asumió el mando en 2016 nos hacemos la pregunta. Y no hay respuesta convincente aunque la expansión continúa –y está en camino a ser la más prolongada de la historia de los EE.UU.– porque los bonos no tiran la toalla, redoblan la apuesta. Y con razón.

P.: La Bolsa se sale con la suya, pero no con tal margen de holgura como para cerrar el asunto.

G.G.: El escenario de una potencial recesión no se convalida pero tampoco se erradica. Se patea para adelante. Cortesía de la agresividad de Trump, muchas veces.

P.: El que ría último, reirá mejor.

G.G.: La inflación está cayendo, y las expectativas de inflación también. Una parte de la merma de la tasa nominal se explica por ello; el remanente es una baja de la tasa de interés real y sí refleja la sensibilidad por la falta de bríos de la actividad. Por otro lado, los bancos centrales no son remisos a la hora de hacer sentir su influencia.

P.: Son más propensos a hablar que a actuar con medidas concretas…

G.G.: El forward guidance –la comunicación preventiva– es una herramienta intangible pero que –habiendo credibilidad– provoca resultados concretos, que están fuera de discusión. No sé si no estaríamos en recesión si no se hubiera utilizado con éxito, por ejemplo, a fin del año pasado.

P.: ¿Cuánto puede hacer la política monetaria cuando el problema es una política comercial de empobrecer al vecino (en este caso, China o México, pero hay muchos más países en capilla) y las consiguientes represalias?

G.G.: Hoy (por ayer) Francois de Villeroy, consejero francés del BCE y uno de las candidatos a reemplazar a Mario Draghi en octubre, lo dijo sin pelos en la lengua. “Podemos intensificar el estímulo, pero no podemos resolver las tensiones comerciales, que son la amenaza número uno a la economía”, señaló. Corolario: los mercados se estabilizan pero los indicadores económicos, no. La debilidad aflora de nuevo. Y se extiende como una mancha de aceite.

P.: De la industria manufacturera a los servicios.

G.G.: Y viaja a través de las regiones. No hay país integrado al comercio que pueda sentirse a salvo. Las exportaciones a EEUU que no hace China y ahora coloca Vietnam, ¿cuánto tiempo podrán sacar provecho sin recibir una advertencia o cortapisa de Washington? Conclusión: hay mucho esfuerzo de las compañías por reconfigurar las cadenas de producción, pero no invierten. Pienso que si Trump gatilla otra suba de aranceles a China será difícil esquivar una recesión.

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