El film de Miguel Ángel Rocca gira en torno a un médico a quien le matan al hijo, y a partir de allí emprende un desgarrado camino para sobreponerse.
Jorge Marrale compone uno de sus mejores papeles en esta obra de Miguel Ángel Rocca. Un cirujano respetado, a punto de ascender, siente que el mundo se le viene abajo cuando descubre un secreto del hijo y al poco tiempo lo pierde, víctima de un asalto. Dolor, sentimiento de culpa, de ausencia, de bronca, discusiones con la mujer, todo eso, y algo más, presenciamos en la voz y el cuerpo del actor. Pronto su personaje conocerá al asesino, un chico de la misma edad del hijo. Ahora quiere buscar al padre de ese chico.
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La promoción menciona la palabra venganza. Pero ésta no es una película a la americana. Las cosas son más complejas. Acá hay profundidad, reflexión, presenciamos los vaivenes del alma humana, la otra cara en el espejo. Muy buena la escena donde se enfrentan los dos padres. Muy buena la película, y muy dura. Bien planteada, con un elenco impecable, atmósfera justa, y varios apuntes de marcada sutileza. Por ejemplo, la presencia de un padre común, firme junto a su criatura internada. O la visita a los monoblocs de Lugano, donde la familia de un preso también vive entre rejas, y las direcciones se marcan de modo similar al de las galerías de Flores o la Chacarita (ironía extra: ciertas escenas de cárcel se filmaron en una fábrica).
Los interesados en interpretaciones psicológicas pueden enriquecer su visión de esta película, y de la anterior de Rocca, "La mala verdad", releyendo los viejos textos del recordado Arnaldo Rascovsky sobre el filicidio simbólico (o no tanto) en el cine.
"Maracaibo" (Argentina, 2017). Dir.: M.A. Rocca. Int.: J. Marrale, M. Morán, N. Francella, M. Mayer, L. Machin, A. Paker.
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