23 de junio 2014 - 00:00

La oposición culpa a Obama por llegada de niños sin papeles

Miles de niños y adolescentes centroamericanos que fueron detenidos al cruzar ilegalmente la frontera con México son alojados en centros para inmigrantes a la espera de su deportación.
Miles de niños y adolescentes centroamericanos que fueron detenidos al cruzar ilegalmente la frontera con México son alojados en centros para inmigrantes a la espera de su deportación.
Washington - Congresistas republicanos exigieron ayer más seguridad en la frontera con México ante el creciente drama de cientos de niños que la cruzan ilegalmente y quienes, de acuerdo con las políticas para indocumentados, serán deportados a sus países de origen.

El representante republicano por Texas, Michael McCaul, quien preside la Comisión de Seguridad Interior, describió "nada menos que campamentos de refugiados" en su estado donde una enorme cantidad de niños ingresaron ilegalmente en las últimas semanas. "Creo que la fallida estrategia de seguridad de la frontera dio como resultado esto y creo que el mensaje es que si vienes a Estados Unidos, puedes quedarte, y eso alienta", dijo.

Desde octubre de 2013 hasta el 15 de junio pasado, unos 52.000 menores sin acompañantes cruzaron la frontera con México, según el Departamento de Seguridad Interior. El presidente estadounidense, Barack Obama, y organizaciones civiles describieron a la situación como una crisis humanitaria urgente.

Los republicanos culpan del ingreso de menores a la decisión del mandatario en 2012 de reducir algunas deportaciones de jóvenes ingresados ilegalmente por sus padres al país.

Se cree que muchos menores cruzan la frontera sin compañía escapando de los conflictos relacionados con la droga en América Central, así como para reunirse con familiares que ya se encuentran en Estados Unidos.

"Hay un desastre humanitario. Se debe a que se tiene un faro, el perdón, y no se tiene una frontera segura", afirmó por su parte el republicano Rand Paul.

Por su parte, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh C. Johnson, advirtió ayer a los padres de los niños centroamericanos indocumentados que "no hay permisos" al final del viaje y sólo les espera la deportación.

"Si su hija o hijo resulta detenido al cruzar la frontera de forma ilegal, será acusado de violar las leyes migratorias de Estados Unidos y se iniciará un proceso de deportación en su contra: una situación nada recomendable", aseguró en una carta abierta, en la que también se refirió a los peligros de esa aventura y de los traumas que pueden sufrir los menores en manos de los contrabandistas.

Johnson rebatió el rumor según el cual las excepciones a la actual legislación migratoria o su proyecto de reforma, en estudio en el Congreso, contemplarían una regularización futura para quienes hayan entrado en el país siendo niños.

Según las autoridades estadounidenses, esa falsedad, difundida interesadamente por las mafias del tráfico de personas, está en el origen de la llegada masiva de niños.

"Déjenme que sea claro: no hay ningún camino que lleve a acción diferida ni a la ciudadanía, ni tampoco hay ningún recurso que el Congreso esté contemplando para un niño que cruza nuestra frontera de forma ilegal hoy", afirmó Johnson.

Frente a las acciones de deportación, organizaciones de derechos humanos se mostraron en contra. "Las políticas de protección de derechos de la infancia están por encima de cualquier norma migratoria y en ocasiones se ve al revés, pero debe prevalecer el interés superior del niño", dijo Karla Gallo, oficial de Unicef México.

Los derechos de los niños "no terminan en una frontera", sino que van con ellos y "donde se encuentren tienen que verse protegidos y garantizados", apuntó.

El Senado aprobó una reforma inmigratoria el año pasado, pero la medida permanece estancada en la Cámara de Representantes donde los republicanos continúan profundamente divididos sobre qué hacer con los más de 11 millones de indocumentados que viven en el país.

Las autoridades estadounidenses reconocen que el repunte en la llegada de menores centroamericanos en los últimos meses desbordó la capacidad de sus instituciones, por lo que tomaron medidas extraordinarias para albergarlos hasta resolver su situación.

Según autoridades de Estados Unidos, la cantidad de menores centroamericanos detenidos en ese país sin ningún acompañante aumentó en un 66% en el último año fiscal. De los niños detenidos, unos 9.850 son salvadoreños, 11.479 guatemaltecos y 13.282 hondureños.

Estados Unidos destinará a los tres países de Centroamérica de donde éstos proceden 9,6 millones de dólares para la reinserción de repatriados y otros 244 millones para programas de desarrollo social y seguridad en la región.

Agencias Reuters y EFE

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