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Los kurdos de Irak votaron su independencia a pesar del temor a una invasión
Son el pueblo más numeroso al que se ha privado de un Estado: más de 35 millones de personas diseminadas en cinco países. Hubo alta participación. El resultado final se conocerá hoy o mañana.
Desde la invasión estadounidense de Irak de 2003, el norte kurdo del país, rico en petróleo, se gobierna de manera autónoma -primero por una decisión unilateral y luego, tras la aprobación de la nueva Constitución, de manera acordada con Bagdad-. Además, está desplegado allí un ejército propio conocido como los "peshmerga".
Pese a los acuerdos construidos con el Gobierno central en Bagdad, la relación siempre fue tirante y el vínculo empeoró significativamente con el avance del terrorista Estado Islámico (EI) en 2014, una ofensiva que desnudó la debilidad y falta de legitimidad popular del Ejército nacional y ratificó el control de los peshmerga en el estratégico norte de Irak.
Empoderados por sus victorias contra el EI, las autoridades kurdas se lanzaron por la independencia definitiva del Estado iraquí y ayer más de cinco millones de habitantes del Kurdistán fueron convocados a responder en las urnas una sola pregunta: "¿Quiere que la región del Kurdistán y las zonas kurdas fuera de la administración de la región se conviertan en un Estado independiente?"
Mientras millones de kurdos votaban y mostraban orgullosos sus dedos índices manchados con tinta azul oscura, los gobiernos de Irak, Turquía e Irán lanzaron un variado espectro de amenazas, advertencias y órdenes para dejar claro que no aceptarán un futuro Estado kurdo en esa parte del territorio iraquí.
Los kurdos, unos 35 millones de personas según las estimaciones más conservadoras, son el pueblo más numeroso sin Estado del mundo y la tercera minoría étnica más importante en número del oeste de Asia, tras los árabes y los turcos.
Su población se reparte entre Turquía con 20 millones, Irán con 6,5 millones, Irak con 6,5 millones, Siria con un millón y Armenia con 300.000; además de su amplia diáspora en Europa y Estados Unidos. El temor a ser objeto de presiones separatistas mayores es lo que explica las amenazas turca e iraní.
El subsuelo del Kurdistán es una de las mayores reservas petroleras de Medio Oriente. Prácticamente todo el crudo extraído por Turquía y Siria y un tercio del de Irak procede de los pozos perforados en territorios kurdos.
En el caso de la región autónoma del Kurdistán iraquí, todo el petróleo que se extrae y se exporta a Europa se traslada a través de oleoductos que cruzan por la vecina Turquía. "Nosotros tenemos la válvula. Si la cerramos, este asunto se acaba", advirtió el presidente turco Recep Tayyip Erdogan durante un discurso en Estambul, citado por la cadena de noticias NTV, antes de lanzar otra amenaza, mucho más poderosa: una invasión terrestre.
"Podríamos llegar de repente por la noche. Lo hicimos con la Operación Escudo del Éufrates (en Siria). Allí limpiamos 2.000 kilómetros cuadrados del Estado Islámico y daremos nuevos pasos con ese objetivo. Si hiciera falta, tampoco vacilaríamos en dar pasos similares en Irak", amenazó el mandatario
Al mismo tiempo, Irán, que también posee una minoría kurda en su territorio, cerró ayer su frontera con Irak, un día después de haber realizado ejercicios militares en esa zona lindante.
A pesar de todo ello, ni bien cerraron los centros de votación, miles de personas salieron a las calles de Erbil y otras ciudades a gritar "¡Chau, chau, Irak!", a bailar con banderas kurdas y a disfrutar de los fuegos artificiales que iluminaron una noche histórica.
Agencias DPA, EFE, AFP y Télam |
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