3 de diciembre 2013 - 00:00

ONU acusa a Asad por primera vez de crímenes de guerra

Bashar al Asad
Bashar al Asad
Ginebra - Las Naciones Unidas señalaron ayer por primera vez que hay pruebas que apuntan a la responsabilidad del presidente sirio, Bashar al Asad, en crímenes de guerra y de lesa humanidad.

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, señaló en Ginebra que "la comisión de investigación (del Consejo de Derechos Humanos sobre Siria) produjo una enorme cantidad de pruebas sobre crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad. Las pruebas indican una responsabilidad al más alto nivel del Gobierno, incluido el jefe de Estado".

La Comisión tiene por misión investigar todas las violaciones de los derechos humanos cometidas desde el inicio de la gerra civil en marzo de 2011 e identificar a los culpables para garantizar que sean juzgados.

En su último informe, del 11 de septiembre, la Comisión acusó al régimen de Al Asad de crímenes contra la humanidad y de crímenes de guerra, y a los rebeldes sirios de crímenes de guerra.

Los miembros de la comisión, entre los que se encuentra la exfiscal internacional Carla del Ponte, acusaron de crímenes en varias ocasiones a los altos responsables del régimen, aunque nunca los habían nombrado, y mucho menos al propio Al Asad.

La comisión, a la que nunca se le permitió visitar Siria, basó su trabajo en más de 2.000 entrevistas realizadas desde su creación con personas implicadas en Siria y en los países vecinos. También realizó una lista confidencial, actualizada varias veces, de las personas sospechosas de haber cometido crímenes en el país árabe.

Pillay explicó ayer que esperaba que se desarrolle una investigación judicial "nacional o internacional creíble" que permita juzgar a los responsables de los crímenes.

El régimen sirio afirmó hace pocos días que participará en la cumbre de paz convocada para enero en Ginebra, pero descartó que vaya a negociar su salida del poder, como reclaman tanto la oposición como los gobiernos de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. Las nuevas revelaciones tienden a hacer más precaria la situación del dictador.

El conflicto sirio comenzó en marzo de 2011 con una revuelta popular que se transformó en una insurrección armada ante la sangrienta represión lanzada por el régimen.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) estimó ayer que alrededor de 126.000 personas murieron desde esa fecha. Este total incluye a unos 44.300 civiles, entre los que hay más de 6.600 niños y 4.450 mujeres, según el OSDH, con sede en Gran Bretaña.

El Observatorio también incluye en ese número a más de 27.700 combatientes opositores y más de 50.900 combatientes leales al Gobierno de Al Asad.

En tanto la violencia no muestra señal alguna de calmarse, la Cruz Roja y la Media Luna Roja advirtieron ayer que un millón de sirios carecen de alimentos básicos, ya que la guerra civil dificulta la ayuda humanitaria.

Agencias AFP, ANSA y

EFE, y Ámbito Financiero

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