"Ya esperábamos que la concurrencia de hoy tuviera menos gente, ya que tuvimos solo diez días para organizar (los actos)" citó el portal G1 a Rogério Chequer, cabecilla de uno de los principales movimientos que convocaron las marchas, Ven Pra Rua (VPR). De ese modo, Chequer se refirió a la fecha en que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, dio curso a la apertura del pedido de destitución de la presidenta, el 2 de diciembre.
De acuerdo con medios locales, la de ayer fue la menor manifestación antigubernamental desde que Rousseff asumió su segundo mandato el 1 de enero. La mayor tuvo lugar en marzo, cuando cerca de un millón de personas acudieron a las calles de todo el país. Luego, hubo otras dos en abril y en agosto.
El acto de ayer en San Pablo contó con un aporte del que no gozaron las anteriores protestas contra el Gobierno: la poderosa Federación de la Industria del Estado de Sao Paulo (FIESP) repartió al menos 20.000 patos inflables amarillos para repudiar la batería de medidas que el Gobierno pretende poner en marcha para aumentar la recaudación estatal, el impuesto al cheque y la creación de nuevos tributos.
El movimiento contrario a esas propuestas, encabezado por la FIESP, utiliza la consigna "No voy a pagar el pato" (en alusión a "no voy a pagar el déficit") y se sirve de los patos amarillos como mascota simbólica.
Entre los oradores en el acto de la Avenida Paulista estuvo el senador Aécio Neves, presidente del principal opositor del Gobierno, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PMDB), quien se refirió al calificativo de "golpe" con el que el Partido de los Trabajadores (PT) se refiere al proceso abierto contra Rousseff. "No habrá golpe. Habrá 'impeachment'", aseguró Neves, derrotado por Rousseff en la segunda vuelta de las elecciones de octubre por estrecho margen. Sus dichos aluden a la discusión sobre la legitimidad de la apertura del proceso contra la mandataria, que está suspendido hasta el miércoles a raíz de divergencias sobre su tramitación. "Fuera Dilma, y llévate al PT con vos", concluyó su intervención Neves, haciéndose eco de las consignas más repetidas en los actos.
También el jurista Reale Júnior, uno de los autores del pedido de destitución de Rousseff, respondió al calificativo de "golpista" usado por los defensores del Gobierno. "Quien habla de golpe no conoce ni una línea de nuestra Constitución, solo conoce intereses políticos rastreros", acusó Reale. "No queremos golpe, queremos Justicia", afirmó.
En Río de Janeiro, el número de manifestantes no había sido divulgado ni por la policía ni por los organizadores de los actos, que se realizaron en la rambla de Copacabana bajo un sol radiante y una temperatura de 38 grados. En las imágenes transmitidas por televisión podía verse que el grupo no llegó a abarcar más de 60 metros de la avenida Atlántica, que corre en paralelo al océano Atlántico.
En Brasilia acudieron entre 6.000 y 30.000 personas -según la policía y los organizadores, respectivamente- a la explanada de los ministerios, en el corazón de la capital del país.
El pedido aprobado por Cunha para evaluar un proceso de destitución de Rousseff fue presentado por dos renombrados juristas: Hélio Bicudo, un fundador del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), y Miguel Reale Júnior, exministro durante el gobierno del socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso.
Por lo pronto, el Supremo Tribunal (STF) emitió el martes pasado una medida cautelar por la que suspende la comisión especial que debe analizar el proceso de destitución Dilma Rousseff, por supuestas irregularidades en su creación. La pausa será hasta el 16 de diciembre, cuando el Supremo Tribunal de Justicia se reunirá en pleno para analizar la validez de los pasos tomados hasta ahora.
Agencias DPA, AFP, Reuters y EFE |
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