26 de marzo 2013 - 00:00

Revelan que Estados Unidos arma ilegalmente a la oposición siria

Alepo, la segunda ciudad siria en población y la capital económica  del país, sufre con especial rigor los estragos de una guerra civil que ya ha dejado unos 70.000 muertos. Las tropas que responden al dictador Bashar al Asad y las fuerzas rebeldes que pretenden derrocarlo han llegado a una suerte de empate catastrófico. Por eso intervienen, por ahora indirectamente, terceros Estados en apoyo a las diferentes partes.
Alepo, la segunda ciudad siria en población y la capital económica del país, sufre con especial rigor los estragos de una guerra civil que ya ha dejado unos 70.000 muertos. Las tropas que responden al dictador Bashar al Asad y las fuerzas rebeldes que pretenden derrocarlo han llegado a una suerte de empate catastrófico. Por eso intervienen, por ahora indirectamente, terceros Estados en apoyo a las diferentes partes.
Nueva York - La Agencia Central de Inteligencia (CIA) ayuda a turcos, sauditas y cataríes, aliados de Estados Unidos, a comprar armamento que entra ilegalmente a Siria, y determina qué líderes de la oposición armada lo reciben, informó ayer The New York Times, en lo que constituye la primera revelación en ese sentido y una desmentida a las afirmaciones de la administración de Barack Obama.

El armamento forma parte de un creciente flujo secreto e ilegal que entrega "aviones de carga de tipo militar de bandera jordana, saudita y catarí, que aterrizan en el aeropuerto (militar) de Esenboga cerca de Ankara", desde donde llegan a los grupos que buscan derrocar la dictadura de Bashar al Asad, detalló el diario.

El diario constató la operación con datos públicos de tráfico aéreo, y la corroboró en entrevistas con diversas fuentes. Se trata de un puente aéreo múltiple que une Croacia, Arabia Saudita y Qatar con Jordania y Turquía, desde donde las armas se transportan por tierra a las fronteras con Siria. Una vez allí, grupos armados rebeldes violan los límites de Siria y las contrabandean.

La operación se inició en pequeña escala a principios del año pasado y se fue expandiendo ante la ineficacia de los alzados para "cambiar el régimen", hasta superar a fines de 2012 los 160 vuelos de aviones de carga militar sólo al aeropuerto de Esenboga, cercano a Ankara.

The New York Times reveló también que de la operación participan, además, agentes de inteligencia de Estados Unidos. Uno de ellos la describió como una "catarata de armamento".

Funcionarios de la CIA consultados por el influyente periódico aclararon que "casi siempre" su participación es "de carácter consultivo". Según el diario, esto equivale a que, "desde oficinas en sitios secretos, oficiales de inteligencia de Estados Unidos ayudaron a los gobiernos árabes a obtener armas, incluyendo una importante adquisición en Croacia".

Ninguno de los funcionarios consultados aceptó que se revelara su identidad y la CIA no hizo declaraciones sobre el tema.

Tanto los funcionarios estadounidenses como los comandantes de los alzados y los políticos de la oposición turca dijeron al diario de Nueva York que la participación de los Estados del Golfo en Siria es un secreto a voces, pero admitieron que podría involucrar a Turquía, Jordania -que ayer cerró sus fronteras con Siria- e Irán en una guerra.

El 18 de marzo fue elegido un ciudadano estadounidense como "primer ministro" de los territorios controlados por la insurgencia, y el presidente de EE.UU. y Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, hizo declaraciones el 22 en Amán en las que ya daba por descontada la caída de Al Asad.

La elección del ciudadano estadounidense (nativo sirio) Hasán Hito como "primer ministro" de un "gobierno de transición" en Siria, ocurrida en Estambul, provocó el 19 el alejamiento de doce de los principales integrantes de la Coalición Nacional de las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS). El domingo dimitió, además, su hasta entonces presidente, Muaz al Jatib (ver aparte).

En las declaraciones realizadas en Amán, el actual inquilino de la Casa Blanca dio por hecha la caída del Gobierno sirio, y también expresó su preocupación por la necesidad de circunscribir la influencia de los elementos extremistas en el futuro nuevo Gobierno de ese país. Esto último es coherente, por lo demás, con el filtrado de los receptores de armamento que dijeron ejercer los agentes de inteligencia de EE.UU. en respuesta a The New York Times. Arabia Saudita y Qatar apoyan a extremistas wahabitas y salafistas.

El diario neoyorquino afirmó que "Estados Unidos tiene más interés en participar del apoyo que sus aliados árabes brindan en términos de material letal" que en cumplir su compromiso de brindar sólo ayuda "no letal" a los alzados.

"Una estimación conservadora de la carga de estos vuelos sería de unas 3.500 toneladas de equipos militares", aseguró el investigador Hugh Griffiths, miembro del Instituto de Investigación y Paz de Estocolmo, que vigila la transferencia de armas a los rebeldes.

Griffiths agregó que "la intensidad y la frecuencia de estos vuelos sugieren una operación logística militar clandestina bien planeada y coordinada".

Según The New York Times, el Gobierno turco supervisa el programa de envío de armamento a los insurgentes que pretenden derrocar a Al Asad y se hizo cargo del transporte de las armas en camiones hasta Siria.

El aeropuerto de Esenboga, que -según reveló ahora el Times- concentra el trasiego ilegal de armas de Turquía a Siria, tuvo efímera fama cuando, en octubre de 2012, Ankara forzó a descender allí a un vuelo comercial sirio entre Moscú y Damasco acusándolo falsamente de llevar armas a Siria en forma ilegal.

Agencias Télam, EFE, AFP y ANSA, y Ámbito Financiero

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