2 de julio 2014 - 00:00

Rumbo al Rugby Championship: Pensacola, el búnker de la paz y de la armonía

El lugar elegido para realizar la parte más dura del trabajo físico ha sido clave para unir al grupo

El Mago en acción. Juan Martín Hernández realiza trabajos de fuerza junto a sus compañeros. Los Pumas intensifican el entrenamiento en Estados Unidos.
El Mago en acción. Juan Martín Hernández realiza trabajos de fuerza junto a sus compañeros. Los Pumas intensifican el entrenamiento en Estados Unidos.
Pensacola es parte del folklore del rugby argentino. La ciudad en el oeste del estado de Florida sobre el Golfo de México se ha ganado ese lugar por ser hacia donde viajaron Los Pumas para sus preparaciones previas a los últimos dos mundiales y los tres Rugby Championship.

Aquel viaje iniciático de julio de 2007 fue una experiencia considerada por todos como inolvidable. Muchos son los factores que pusieron al centro de alto rendimiento que entonces se llamaba Athletes Performance (hoy EXOS) tan alto en la historia criolla. El más importante fue que Los Pumas con un estado físico de privilegio pudieron conseguir la medalla de bronce en aquel inolvidable Mundial.

No había sido un viaje barato -dos semanas en Estados Unidos con todos los costos que ello implica (avión, alojamiento, comida, transporte interno) y el fee de la empresa eran una apuesta enorme; si bien se compartió el costo con Adidas, entonces auspiciante de la UAR y de Athletes Performance-, pero el éxito deportivo sirvió para confirmar que la inversión había sido positiva.

Más allá de ser una preparación física distinta a lo que estaba acostumbrado el rugbier argentino, Pensacola sirvió para unir aún más un plantel que estaba ante un Mundial histórico.

En las idílicas y cálidas playas del complejo hotelero donde se alojó el equipo -a diez minutos de auto de Athletes Performance- se combinó el duro trabajo físico con el descanso y la recuperación.

Era tan duro el trabajo durante todo un día que era clave, necesario, el día siguiente tenerlo libre, explicó alguna vez Omar Hasan sobre lo que habían vivido en Estados Unidos.

Al quedarse en departamentos, los jugadores tuvieron mayor autonomía y allí se construyó esa onda espectacular que caracterizó a aquellos Pumas. Nadie tuvo dudas que la transpiración y el esfuerzo de Pensacola habían contribuido a traer esa medalla.

Por ello, cuatro años después -y habiendo elegido desde entonces los métodos de Athletes Performance para la preparación física del equipo- se repitió la experiencia y hacia Pensacola viajaron nuevamente quienes terminarían llegando a cuartos de final del torneo jugado en Nueva Zelanda.

La realidad interna del equipo era distinta, con dos grupos bien definidos dentro del plan-tel. Con charlas y reuniones se resolvieron varias de las diferencias para poder llegar en buen estado físico y mental al mayor compromiso ovalado. Pasar de ronda requirió de ese estado físico -y algo de suerte- en aquel partido con Escocia.

Cuando se invitó al seleccionado nacional a sumarse al nuevo Rugby Championship no hubo dudas de que la inversión de ir a Pensacola era más que necesaria y en 2012 se volvió a viajar a la misma ciudad de 50 mil habitantes a pocas millas del estado de Alabama para encarar lo que sería el torneo más duro del rugby mundial. El fuerte trabajo contribuyó a jugar el certamen con el hambre de competir y las ganas de hacer las cosas bien. El empate con Sud-áfrica en Mendoza es, al día de hoy, el mejor resultado. Juan Martín Fernández Lobbe como nuevo capitán pudo preparar y unir a su tropa allí para encarar lo que venía.

No fue tan sencillo un año después cuando llegaron a Pensacola por cuarta vez. Además del tema físico, muy duro de por sí, y nutricional, los cortos tiempos de preparación hacia el torneo requirieron que además se trabajara en aspectos técnicos. El grupo ya tenía grietas internas que esta vez no pudieron cerrarse y la campaña en el Rugby Championship no fue buena.

Con caras nuevas, un capitán que aún no debutó como tal (Agustín Creevy) y una nueva impronta que baja desde el entrenador Daniel Hourcade, Pensacola será nuevamente testigo de reuniones del plantel para encontrar los caminos al éxito. Este plantel es de menor experiencia en comparación con los anteriores torneos. Por ello, el aspecto mental y la unidad de cuerpo y alma serán claves. Eso se trabajará también en estos días.

En ese sentido, Pensacola ha dado grandes dividendos. Ya vendrá el tiempo para establecer cuales objetivos alcanzables harán que el público recupere esa pasión por el seleccionado. Por ahora, hay que estar bien de cuerpo y mente para encarar lo que será, sin dudas, un dificilísimo Rugby Championship.

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