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También Scioli planea subir combustibles para financiar obras viales
Frente a proyecto de Macri, que busca fondos para reestatizar subtes
Mañana, el Gobierno porteño girará a la Legislatura el proyecto de ley con el que buscará financiar el traspaso de los subtes a su órbita con aumentos en los peajes y patentes, pero también con un canon fijo en el precio de los combustibles que va de los 15 centavos para el GNC y de los 20 a 40 centavos para las naftas y gasoil.
En agosto pasado, el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, tomó una medida similar: fijó -vía sanción de una ley de «tasa vial»- una alícuota sobre el consumo de combustibles para financiar obras en rutas y caminos de la provincia. La iniciativa generó el rechazo inmediato de gremios y automovilistas en general, que dudan sobre el verdadero destino que se les dará a esos fondos. Incluso, legisladores de la oposición advierten sobre el efecto negativo que tiene el impuesto sobre las ventas, ya que el gasoil -que constituye el 70% de los combustibles que se expenden en Córdoba-, puede conseguirse más barato ahora en provincias vecinas como San Luis o Santa Fe.
Scioli también consideró este escenario. En rigor, un aumento en las naftas porteñas provocará la inevitable fuga de automovilistas porteños hacia los surtidores de la provincia, lo que podría derivar en el colapso del servicio y en desabastecimiento.
El proyecto de Buenos Aires tomaría forma de una nueva reforma fiscal, que resultaría inaplicable sin la aprobación de la Legislatura que, siempre de acuerdo con los cálculos optimistas que manejan en La Plata, podría debatir la propuesta en las sesiones extraordinarias de diciembre.
Una iniciativa similar fue aprobada el mes pasado dentro del Presupuesto 2013 bajo la forma de un Fondo Fiduciario Vial, que estará conformado con recursos provenientes de una contribución especial en el Impuesto Automotor, el 10% de lo recaudado por multas de infracciones de tránsito, así como por subsidios o donaciones.
El ministro de Infraestructura, Alejandro Arlía, explicó que la idea es impulsar «un cargo fijo por litro de combustible» en el consumo, con la intención de «mejorar» la red vial bonaerense, foco de permanentes quejas por el estado intransitable de muchas carreteras.
«Son más de 600 millones de litros (de combustible) por mes, con lo cual una pequeña carga fija de 10 centavos puede significar un buen impulso», aseguró Arlía.
Según el funcionario, el objetivo es que la nueva herramienta de recaudación «no impacte demasiado fuerte en la producción», por lo que se estudia la manera en que se le pueda dar «equidad» a la nueva presión fiscal en el surtidor, para «mejorar el estado de las rutas».
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