Todos detrás de él

Consolidado como líder del ranking tras obtener el primer Grand Slam del año, Rafael Nadal se focalizará este año en la Copa Davis y el US Open, la gran cuenta pendiente.

Rafael Nadal continúa con el proceso de colonización de superficies. Pese a ser rey absoluto del polvo de ladrillo, conquistando Roland Garros desde 2005 hasta 2008 de manera consecutiva, su ambición de liderazgo parece no tener límites. En una final de antología, el número uno del escalafón mundial se apropió el año pasado de un territorio que hasta entonces le pertenecía a otro grande de la historia del tenis, Roger Federer, a quien le arrebató el reinado sobre el césped de Wimbledon, donde el suizo se había coronado las últimas cuatro veces.
Con el primer título en el Abierto de Australia, el español sigue nutriendo su predominio ante Federer. En el historial, derrotó al suizo en 13 ocasiones sobre un total de 19 y, además, lo doblegó en cinco de las siete finales de Grand Slam que disputaron: se impuso tres veces en Roland Garros, una en Wimbledon (Federer ganó dos) y una en Australia.
No obstante, la puja por erigirse como la mejor raqueta recién comienza. En 2009, los dos mejores tenistas del mundo tienen diferentes objetivos. Federer sueña con alcanzar a Sampras, en sus 14 títulos. En cambio, Nadal buscará hilvanar los cuatro grandes títulos de la temporada.
Sólo 3.260 puntos separan al mallorquín del suizo en el ranking de la ATP. El resto de los competidores aparecen a más de 5.000 unidades de distancia del líder. El duelo está planteado. Federer sabe que tarde o temprano igualará a Sampras y que de no conseguirlo figurará en la historia del tenis como uno de los mejores. Para Nadal la obsesión está en conquistar la Copa Davis, de la que estuvo ausente en Mar del Plata por la lesión de su rodilla, y el hasta ahora negado Abierto de los Estados Unidos.