“Vibraba el piso”

Pablo Galli, el dueño del gimnasio Orion Gym que se derrumbó en el barrio porteño de Villa Urquiza, afirmó ayer que no pensaba que el local podía caerse pese a que la obra en construcción lindera hacía vibrar toda la estructura.

«Nunca pensé que el local podía caerse, porque estructuralmente estaba muy bien», explicó Galli en declaraciones a la prensa desde el Hospital Italiano, en donde se encuentra internado, ya que fue uno de los heridos por el derrumbe. Galli relató que había «vibración en las paredes y en el piso», y si bien temió por la integridad del lugar, agregó que «nada hacía prever que se iba a caer» el gimnasio. Lo que temía el dueño del local era que los espejos y los vidrios del frente se rompieran y pudieran provocar heridas a algunos de los clientes que estaban haciendo sus tareas físicas.

El hombre dijo que habló con el encargado de la obra lindera, quien le señaló que estaban por terminar (pocos minutos antes de que se cayera todo) y que una vez que revisara los cimientos le iba a decir si observaba «algo anormal».