5 de septiembre 2008 - 00:00

Violencia inusitada en tren del Conurbano: el gobierno denunció activismo político

El conurbano bonaerense vivió ayer otra jornada de furia, alimentada por el malestar ante el estado del servicio de trenes y la acción de activistas, a los cuales el gobierno denunció por "sabotaje". Hubo siete vagones incendiados en Merlo, saqueos y destrozos en la estación de Castelar, y hasta anoche había ocho detenidos.

Violencia inusitada en tren del Conurbano: el gobierno denunció activismo político
Como en noviembre de 2005, la línea Sarmiento se convirtió ayer en campo minado: de madrugada, a las 6.32, tras la detención de un tren que se dirigía de Moreno a Once comenzó un conflicto que derivó en incidentes, vagones incendiados, destrozos y detenidos.

Como entonces, el gobierno denunció un complot y acusó al Partido Obrero de montar un «sabotaje» para generar caos. «Hubo una acción premeditada para dañar», dijo el ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández. Anoche, el PO calificó de «infame» la acusación.

La versión inicial incluyó al diezmado Quebracho. Al atardecer, desde Casa Rosada, Fernández apuntó a militantes del PO, MST y Proyecto Sur, partido de Fernando Pino Solanas. Dio un nombre: José María Escobar, a quien sindicó como quien dirigió la quema de vagones en Merlo.

El PO se defendió de la acusación oficial a través de un comunicado: se busca «evadir la completa responsabilidad del gobierno y del pulpo Cirigliano en el desquicio del sistema ferroviario». El grupo Cirigliano controla TBA, compañía que explota el ramal Sarmiento.

Por los incidentes, que se extendieron hasta cerca del mediodía, fueron detenidas siete personas. Todas, según informó el ministro de Justicia, «por robo». Hubo, en rigor, saqueos en las boleterías y en negocios cercanos a la estación Castelar.

El estallido en esa escala se replicó en Merlo, donde se incendiaron siete vagones, y se produjo un intento de desmanes en Moreno que fue controlado por la Policía. En todos los episodios, de acuerdo con la versión oficial, actuaron « grupos organizados».

«Los incidentes fueron armados intencionalmente», dijo pasado el mediodía el ministro del Interior, Florencio Randazzo. En sintonía se expresó Daniel Salcedo, superintendente de la Policía Bonaerense. Por la tarde, Fernández dio detalles que abonan esa hipótesis.

El funcionario afirmó que participaron personas, a las que vinculó a partidos de izquierda, con bengalas -«nadie va a trabajar con bengalas»- y detalló, citando declaraciones de pasajeros, que Escobar, dirigente del PO, fue quien inició el incendio en los vagones en la estación de Merlo.

Anoche, militantes de ese partido de formación trotskista protestaban frente a la comisaría de Castelar donde estaban alojados los detenidos.

  • Sabotaje

    El gobierno coincidió en la explicación de los incidentes con la empresa TBA y el gremio La Fraternidad: los tres actores hablaron de un ataque premeditado y organizado.

    Esa película, relatada por Fernández, habría comenzado por la madrugada cuando -siempre según la versión del ministro- una persona o varias sabotearon el sistema eléctrico de un tren que derivó en su total detención.

    Lo demás, precisó, fue consecuencia de acciones organizadas: el ataque a personal ferroviario, los destrozos en locales comerciales y de la empresa, y los enfrentamiento con la Policía.

    Sin embargo, el gobierno no tuvo otra alternativa que admitir que el servicio del Sarmiento es deficitario. «Sabemos que se viaja como ganado», admitió Fernández.

    Según Randazzo «de parte del Estado hay controles y auditorías permanentes porque se trata de un servicio público que queremos que sea de calidad», y afirmó que «se investigará qué responsabilidad le cabe» al concesionario, Trenes de Buenos Aires (TBA).

    En los incidentes, además del cuerpo de Infantería, intervino personal de antidisturbios y un grupo de apoyo de la Policía Bonaerense. En total, participaron del operativo 100 efectivos.

    El primer tren luego de los incidentes partió de Castelar a la Capital Federal a las 12.20 y funcionó con normalidad durante el resto de la jornada.

    Por los incidentes, intervino personal de la Brigada de Infantería de la Policía Federal, que dispersó a quienes cortaban las vías con balas de goma y gases lacrimógenos.
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