Vestas tiene presencia en 21 países y una capacidad instalada de 16,5 GW, con más de 5.000 turbinas instaladas en América Latina. En Argentina, cuenta actualmente con 2.202 MW en operación, distribuidos entre las provincias de Buenos Aires, Chubut, Santa Cruz, Córdoba, San Luis y La Pampa.
Gabriel Busca, de Vestas: "A futuro hay espacio para seguir creciendo en energías renovables"
El director de Customer Project Execution de Vestas en LATAM South realizó un balance anual de la compañía, analizó los desafíos pendientes y estimó que con el RIGI y sin cepo al dólar podrían canalizarse nuevas inversiones.
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Actualmente, está trabajando en cuatro proyectos por más de 550 MW en Bahía Blanca, Tandil y Olavarría, y en General Levalle, Córdoba, en alianza con las empresas líderes de mercado. Hoy, ya cuentan 610 turbinas instaladas en el país, mientras que 10 años atras solo poseían 77MW instalados, lo que da un crecimiento de 2.860%.
En 2023 Vestas concluyó seis parques eólicos en alianza con PCR, Pampa Energía, Techint y Aluar. Junto a Genneia finalizó recientemente la construcción del Parque La Elbita, en el sur de Tandil con 162 MW de capacidad instalada, y otro parque con Pampa Energía, el Parque Pepe VI, en Bahía Blanca con 139.5 MW.
Junto a YPF Luz está construyendo el Parque General Levalle, con una capacidad instalada de 155 MW. Este es el primer proyecto de Vestas con 25 turbinas con tecnología EnVentus en América Latina. La plataforma EnVentus permite tener máquinas más grandes que generen más energía, con un diseño de ingeniería superior, y componentes intercambiables permiten flexibilidad mejor eficiencia.
Además, con Ternium construye el PE Vientos de Olavarría, ubicado en la provincia de Buenos Aires con 99MW de capacidad instalada. A principios de 2025, tiene previsto inciar la construcción de un nuevo parque junto a Tenaris, que tendrá 21 turbinas.
En diálogo con Energy Report, Gabriel Busca, director de Customer Project Execution de Vestas en LATAM South, realizó un balance de la actividad de la compañía, analizó los desafíos pendientes para el crecimiento de las enegías renovables y estimó que con el RIGI y el levantamiento del cepo al dólar, podrían canalizarse nuevas inversiones.
Periodista: ¿Qué balance hacen en Vestas de la actividad en el año?
Gabriel Busca: Desde el año pasado el equipo de ventas trabajó muy fuerte con una estrategia muy agresiva para lograr posicionarnos como un proveedor líder. En el 2023 terminamos la construcción de seis proyectos en Argentina y ya empezamos con los preparativos para 2024. Este año estamos con cuatro proyectos en construcción, dos ya se han terminado. Uno de ellos es La Elbita con Genneia, el otro de Pampa Energía, que se anunció recientemente. Los otros dos tenemos planes de terminarlos para fines de año, en diciembre. Falta el montaje y probablemente nos queden algunas actividades de comisionado. El 2024 ha sido un año súper productivo porque nos hemos posicionado como un actor clave en nuestro país.
Periodista: Uno de los que van a finalizar es del YPF Luz, en General Levalle, provincia de Córdoba…
G.B.: Exacto. Ese es un proyecto ícono también en América Latina porque es el desembarco de la tecnología EnVentus. Son generadores de 6,2 megas, 162 metros de diámetro de rotor, que es la plataforma más grande instalada en la región.
Periodista: ¿Qué ventajas tiene?
G.B.: Es más volumen por unidad de área, porque al ser turbina de mayor potencia, en una misma ubicación te permite tener una mayor generación de energía. Es un producto recomendable cuando la disponibilidad de espacio es una restricción o la cantidad de posiciones que puedes instalar en el campo en el que instalas el proyecto.
Periodista: ¿Y el otro proyecto que se termina antes de fin de año?
G.B.: Se llama Olavarría, está a unos 30 kilómetros de la localidad. Nuestro cliente es Ternium, que también fue anunciado. Este es nuestro segundo proyecto con el Grupo Techint y tenemos en carpeta uno para el año que viene. Ellos están conformes, nosotros también. Siempre es una satisfacción terminar los proyectos bien, en presupuesto, dentro de los plazos establecidos, de manera que nuestros clientes queden contentos también.
Periodista: ¿Cómo observa el recurrente déficit en materia de energía eléctrica, vinculado a la distribución y transporte?
G.B.: Sigue habiendo déficit, y eso es un problema del país. Es uno de los principales desafíos que enfrenta el sector eólico, y el sector energético en particular. Argentina tiene una distribución geográfica enorme. Las mejores zonas para la producción de energía eólica se encuentran en la Patagonia y el sur de provincia de Buenos Aires, y prácticamente el 60% de la demanda se encuentra concentrada en la zona del área metropolitana de Buenos Aires, sur del litoral y el centro, que sería Córdoba. Esa fisonomía hace que la infraestructura del transporte sea una limitación para poder poner la energía desde el punto de generación en donde se encuentra la demanda.
Periodista: ¿Y quién debería encarar las obras de infraestructura que faltan, porque el Estado nacional se retiró de la obra pública?
G.B.: Se habla mucho acerca del tema, acerca de quién debería ser los encargados de financiar las ampliaciones de esas obras de infraestructura. Si es la transportista, los usuarios, si es el generador. Creo que parte del rol del Estado acá es definir una estrategia de largo plazo que permita tener un marco regulatorio claro, que permita la viabilidad de estas inversiones que definitivamente son necesarias para que los usuarios tengamos energía limpia y asequible, lo más barata posible.
Periodista: ¿Ustedes están topeados de participar en proyectos por este déficit de obras?
G.B.: Hay margen para desarrollar, pero tienen que estar claras las políticas porque las inversiones en infraestructuras son caras y llevan tiempo construirlas. Por lo tanto, quienes vayan a hacer la inversión necesitan tener claridad acerca de cómo va a ser el recupero de esa inversión, quién la va a pagar y en qué plazo van a recuperarlo. Eso forma parte del desarrollo de cualquier proyecto en nuestro negocio.
Periodista: ¿Y sus clientes que dicen de esta situación?
G.B.: Nuestros clientes evalúan los puntos de disponibilidad de la red, que cada vez son menos. Tratan de instalarse lo más cerca de la red posible, porque eso abarata el costo de conexión. Y en un nodo confiable, de manera de asegurarse que la energía va a estar disponible para ser inyectada en la red en todo momento.
Periodista: ¿Qué más hace falta para aumentar el peso de las energías renovables en la matriz energética nacional?
G.B.: La Ley 27.191 establecía un esquema escalonado entre renovables, con obligaciones para los grandes usuarios en cuanto a qué porcentaje de su demanda debían cubrir de fuentes renovables. Efectivamente, el objetivo para 2025 era del 20%. Hoy estamos en aproximadamente un 14%. Con los proyectos que están en construcción este año y el año que viene, ese número va a crecer un poco más. Por lo tanto, yo creo que vamos a andar en el orden del 15% o 16% el año que viene. A futuro hay espacio para seguir creciendo, sigue habiendo demanda de energía renovable. Los grandes usuarios están interesados en tomar energía renovable porque están viendo que, por un lado, es económicamente conveniente y, por otro lado, les presenta una ventaja desde el punto de vista de volver su matriz de consumo más verde. Eso los favorece para posicionar sus productos en mercados internacionales o para acceder a un mecanismo de financiación más barato, que exigen que el uso de esos fondos sean utilizados en proyectos sostenibles.
Periodista: ¿Qué otro desafío enfrenta el sector?
G.B.: Otro de los inconvenientes es el marco político-económico de mediano y largo plazo. Nuestro sector, al ser inversiones de capital intensivo y que luego son recuperadas a lo largo de la operación, de 20 o 25 años, necesitan de políticas claras en cuanto a niveles de remuneración, acceso a divisas para poder pagar los componentes, para poder comprar o pagar los repuestos que son necesarios para la operación y mantenimiento de las turbinas, aspectos impositivos, de manera que estén claras las reglas de juego para quien hace la inversión en un proyecto eólico, sepa cómo es el esquema impositivo a pagar o si hay algunos beneficios impositivos, que efectivamente esos beneficios se capitalicen. Y generalmente eso suele ser una duda. En Argentina, con los vaivenes de nuestra economía, esas reglas no suelen estar del todo claras y en algunos casos suele ser un obstáculo para que los tomadores de decisión realmente decidan avanzar con este tipo de proyectos.
Periodista: ¿Cuánta claridad aporta el RIGI a los proyectos de energías renovables? ¿Se pueden multiplicar?
G.B.: Creo que sí. El RIGI es una política que claramente incentiva las grandes inversiones. Por supuesto que ayuda o impulsa la inversión en nuestros proyectos. Días atrás hubo un encuentro de energías renovables donde uno de los panelistas manifestaba que nuestro el país, en algunos casos, ya se han tomado algunas medidas de incentivos a nivel impositivo que para las empresas en el mediano y largo plazo resultaba difícil de capitalizar, de monetizar. Por ejemplo, beneficios de amortización adelantada o recupero anticipado de IVA. Son políticas buenísimas, para impulsar las inversiones, pero si después eso no se materializa en resultados, termina dejando un manto de duda. El RIGI está genial, el desafío es que las políticas declaradas puedan llevarse a la práctica y quien decide llevar adelante una inversión luego pueda monetizar esos beneficios.
Periodista: Como fabricante de componentes clave para la industria eléctrica, Vestas es un jugador importante, ¿ustedes tienen algún tipo de preocupación respecto de posibles cortes en el verano?
G.B.: Nosotros no participamos en ese sector, estamos en el rubro de generación, diseñamos tecnología, fabricamos nuestros productos y luego llevamos adelante la construcción y la operación y mantenimiento de parques eólicos. Pero nuestros clientes son empresas que se dedican al rubro de generación de energía eléctrica y la ponen en la red a disposición de los usuarios. El tema de los cortes por supuesto que nos preocupa, pero más como usuarios que como proveedores, porque en definitiva también nos encontramos en esa cadena de valor y los cortes afectan a todos los usuarios, tanto usuarios residenciales como a la industria en general.
Periodista: ¿Por qué cree que pueden producirse cortes?
G.B.: Esos cortes son producto de la falta de inversión que ha visto Argentina en los últimos 20 o 30 años en infraestructura de transporte, que al crecer la demanda cada vez se encuentra más cerca de los límites de diseño. Argentina necesita de inversión en infraestructura, hacer su red más potente y más confiable
Periodista: Al mismo tiempo, Argentina tiene un fuerte potencial energético regional y global, ¿qué expectativas tiene Vestas en el país?
G.B.: Vestas a nivel global es una empresa muy grande. Tiene alrededor de 15.000 millones de euros de facturación anual. Latinoamérica es un actor importante, un contribuyente importante en ese volumen de negocios. Vestas Latinoamérica tiene su base en San Pablo y nosotros, como subregión Latinoamérica Sur, que atiende Perú, Chile, Argentina y Uruguay, somos fuertes y optimistas en cuanto al potencial de negocios en el futuro en la región. En Argentina construimos seis parques el año pasado y cuatro este año, y si bien en cantidad son menos, en potencia instalada estamos hablando de la misma magnitud o incluso mayor. El año pasado instalamos 100 turbinas, este año tenemos previsto 114 para 2024 y eso representa aproximadamente un quinto de las turbinas que instalamos por año en la región. Por lo tanto, Argentina es grande y nuestra apuesta es a que siga creciendo a futuro.
Periodista: ¿Cuánto complica al clima de negocios el cepo al dólar o los temas de financiamiento?
G.B.: En los últimos años, al tratarse de inversiones en energía que son necesarias para el país, que permitan diversificar la matriz y que contribuyen a reducir el costo del megavatio hora puesto en el sistema, para nuestros clientes no ha sido una limitación el acceso a dólares. O si la han tenido, ha sido de corto plazo. Estos proyectos son proyectos que, desde que nace la idea hasta que se materializan en la operación, pueden pasar 3 o 4 años. Los proyectos que tenemos actualmente en ejecución han podido sortear los obstáculos, en caso de haber tenido alguno, y el flujo de caja no se ha visto afectado. Y por lo que veo, las políticas económicas del Gobierno actual apuntan un poco a ir reduciendo esas restricciones. Creo que en algún momento va a llegar el momento donde el dólar va a poder liberarse y las empresas van a poder acceder a divisas a demanda para poder hacer frente a las obligaciones que un proyecto de este tipo supone.
Periodista: ¿Cambia mucho el escenario sin el cepo al dólar? Se habla de que se levanta a fin de año con un tope de u$s100.000…
G.B.: Si son 100.000 dólares no lo cambia en absoluto. Acá estamos hablando de inversiones de cientos de millones. Mirando hacia adelante, creo que las medidas económicas que está adoptando este gobierno van a ayudar a que la brecha entre el dólar oficial y el dólar paralelo se cierre, y que Argentina recupere la confianza. Sumado a reglas claras, el acceso a dólares para poder hacer frente a los pagos que estos proyectos representan, no debería ser una imposibilidad.
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