7 de febrero 2022 - 00:00

“Pulsiones” con ecos psicoanalíticos

La galería Gachi Prieto inauguró sugestiva muestra de doce artistas que se interrogan por el hoy.

pulsiones titubeantes. Una de las salas de la galería Gachi Prieto donde se inauguró la exposición.
pulsiones titubeantes. Una de las salas de la galería Gachi Prieto donde se inauguró la exposición.

Desde 2012, la galería Gachi Prieto impulsa el proyecto PAC (Prácticas Artísticas Contemporáneas), un espacio de formación para artistas, curadores e investigadores, programas de análisis, crítica y producción de arte, residencias y seminarios. Se realizan exhibiciones periódicas para mostrar el trabajo realizado como el que actualmente se exhibe “Pulsiones titubeantes”, título de connotaciones psicoanalíticas.

La muestra a la que han sido convocados 12 artistas, por el grupo de curadores RosaMar integrado por Rocío Rivadeneyra, Santiago Cancion y Marcela Costa Peuser es considerada una experiencia para que el visitante se pregunte cómo es su modo de habitar este nuevo espacio/tiempo que nos toca vivir.

El espacio de ingreso a la galería muestra la obra de Constanza Bardi de la serie Trampa UV “el lugar que no existe”, realizada en material adherente, pintura invisible reactiva a la luz UV, partículas fluorescentes , una forma que parece flotar en el espacio con frecuencias cada 15’.

Al pasar una cortina negra, el cubo blanco de la galería exhibe diversas obras, entre ellas, una instalación inmersiva de Eliana Heredia que invita a destejer conceptos preconcebidos, según reza el texto curatorial. Realizada en cartulina en diferentes tonos de amarillo, lana y velcro, obra muy elaborada, se titula “Coreografía para destejer un pullover”.

“Ondina” es una escultura en resina pintada de Iara Kaumann . Un torso femenino cuya mirada parece perderse en el espacio, obra que oscila entre lo bello, lo misterioso y lo enigmático. Sandra Botner presenta una video instalación, la pantalla inclinada está apoyada en un carretel de hilo rojo que atraviesa la mano de la protagonista, reminiscente de un juego de manos de la famosa serie fotográfica de Matilde Marín.

Roma Vaquero Díaz es una performer que muestra un autorretrato , muy bien pintado. En el reverso del cuadro , también pintadas, hay unas piedras apiladas de significado ancestral. Destacamos dos grandes dibujos de Eugenia Soma que realizó durante la pandemia en su pequeño departamento, quizás una presencia invasiva en su hábitat.

A la manera de una columna que pende del techo, Luciana Aguirrebengoa usa bolsas de residuos blancas que parecen oscilar por la levedad de su peso. “Mínimas, íntimas, enigmáticas” tituló Janina Sgro a sus gasas transparentes, sutilmente pintadas y superpuestas. En una caja de madera hay un huevo de fieltro. Se sabe que es un símbolo de un nuevo comienzo. Así lo expresa Andrea Noseti.

La obra de Carlos Segovia, oriundo de Necochea, se encuentra en el patio de la galería: “Todos los veranos”, una torre de sombrillas de colores que se van deteriorando hacia la parte superior que suponemos expresan nostalgia y también rutina. En el mismo patio “Del aljibe a la torre”, Juana Menéndez replica en una tela transparente, una obra pictórica de su autoría que se encuentra en el interior de la galería. Entre las expresiones que sobrevuelan esta muestra están “ver el mundo de una manera diferente”, “conceptos preconcebidos”, “enigmático”. Preocupaciones y vivencias de los artistas, de los no artistas, en este mundo incierto. (Gachi Prieto Uriarte 1373).

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