29 de octubre 2001 - 00:00

Bienal paulista ya supera a Venecia en participantes

Alfons Hug.
Alfons Hug.
Alfons Hug, curador de la próxima XXV Bienal de San Pablo, estuvo en Buenos Aires para integrar el jurado del Premio Fundación Banco Ciudad a las Artes Visuales, y sobre su gestión conversó con este diario. Nacido en 1950 en una aldea del sur de Alemania, formado en idiomas antiguos y modernos, lingüística y literatura comparativa, el interés de Hug por las artes surgió durante la década del '80 en Nigeria, donde dirigió el Instituto Cultural Alemán que tenía la única galería de la ciudad y realizaba exhibiciones con artistas locales.

Posteriormente fue a Colombia, Venezuela y Brasil, y después dirigió el departamento de Artes Visuales en la Casa de las Culturas del Mundo de Berlín, desde allí pasó a Moscú y desde febrero reside en San Pablo. La Bienal, cuyo tema son las «Iconografías metropolitanas», o sea, la imagen y la influencia de las grandes megalópolis en la creación artística, es el gran reto que enfrenta el curador alemán. En primer lugar porque el retraso de la última edición, debido a la movilización de la megamuestra «Brasil + 500», genera mayor expectativa. Luego, porque su antecesor, Paulo Herkenhoff, trabajó el concepto de la Antropofagia que puso a la Bienal en la mira de todos los teóricos del mundo.

Periodista: ¿Cómo accedió a la curaduría de la Bienal de San Pablo?

Alfons Hug: Me conocían porque desde Berlín colaboramos con la Bienal. En 1994 expusimos artistas brasileños de la Bienal en la Casa de las Culturas del Mundo e invitamos al curador Nelson Aguilar para dar una charla y escribir el catálogo. El a su vez me invitó para la Bienal del '96 para hablar sobre el arte en la periferia y así se entabló la relación. Como conozco la vida cultural de Brasil y hablo el idioma, todo es más fácil.

P: ¿Cuál es el tema, el guión de la Bienal?

A.H.: El concepto «Iconografías metropolitanas» trata no sólo de la imagen de la ciudad grande, sino también de la experiencia urbana en general, que es un tema bastante vasto y amplio. En la Bienal participan más de 60 países y no se puede tener un tema acotado, se debe dar espacio para un gran número de artistas que no siempre se orientan por un tema. La expresión urbana, algo bastante común en todas las culturas, fue un tema aceptado por todo el mundo. En la Bienal hay como siempre dos segmentos, la participación nacional de los 65 países, como en Venecia, donde cada país envía obras bajo su responsabilidad curatorial y su propio financiamiento. La segunda parte sería la «Platea de la humanidad», basada en 11 metrópolis que son Nueva York, Caracas, San Pablo, Johannes-burgo, Estambul, Sydney, Pekín, Londres, Berlín, Moscú y Tokio. Invité cinco artistas de cada una de estas ciudades y me interesó que la distribución geográfica fuera equilibrada.

Concepto

P.: Usted menciona la «Platea de la humanidad», ¿es una cita al tema que eligió el curador de la Bienal de Venecia, Harald Szeemann, para su última edición?

A.H.: No, mi concepto es más antiguo, lo desarrollé en el año 1998, antes de la Bienal de Venecia. Nelson Aguilar me pidió que le envíe un concepto que ni siquiera era para una bienal, sino para una exposición y lo escribí aquí, en Buenos Aires, en enero de 1998. Lo envié y no escuché más nada hasta que me dijeron que querían usarlo como tema de la Bienal. Es sólo una referencia al carácter global de San Pablo, dado que su Bienal tiene más países participantes que Venecia.

P.: Y también más mezcla cultural.

A.H.: Sí, la Bienal de San Pablo es la más multicultural, porque tiene una fuerte presencia de Latinoamérica y Africa. Y aunque en Asia no estamos tan fuertes como querríamos, conseguimos países como Singapur, Vietnam e Indonesia, que participan por primera vez. Es la Bienal con mayor aspiración global a partir de una visión del Sur. La «Platea de la humanidad» de Venecia, es una platea del Norte, la nuestra desde el Sur tiene otro ángulo, entonces se complementan.

P.: Su propuesta curatorial tiene un enigma: usted presenta 12 ciudades pero en realidad son 11. ¿Es que la ciudad número 12 hay que imaginarla?

A.H.: Sí, son 11 más una; las once que existen, y la duodécima, la Ciudad Prometida, que será construida en la Bienal por los artistas. Entre diez o doce artistas del mundo entero proyectan una nueva Brasilia, pero sin el hormigón y el rigor de las reglas de los años '60. Es una ciudad que sólo puede ser presentida, pues está hecha de pura promesa.

P: ¿Cuál es el mensaje para los artistas invitados?

A.H.: Mi concepto es muy libre, muy amplio. Hay desde varias propuestas de intervenciones arquitectónicas, hasta relaciones humanas.

P.: Brasil está presentando su arte en todo el mundo y esta movida implica un gran gasto. ¿Existe alguna restricción económica a la Bienal?

A.H.: Sí, la devaluación de la moneda brasileña nos ha perjudicado bastante. El real perdió 40% este último año, y como tenemos bastantes gastos en dólares, eso nos causó problemas. Para ahorrar un poco, la Bienal no tendrá un núcleo histórico, como era muy caro lo tuve que suspender.

P.: ¿Piensa que los artistas tocarán los temas políticos que están en el candelero?

A.H.: Sí, creo que es inevitable. Inclusive, creo que será más notorio en San Pablo que lo de este año en Venecia, dado que la mayoría de los artistas vienen del Tercer Mundo y tienen mucho para decir y mayor preocupación social.


Dejá tu comentario

Te puede interesar