22 de febrero 2005 - 00:00

Celebran centenario de Sandrini

El cine y la televisión recordarán a partir de hoy el centenario de uno de los actores paradigmáticos del país, Luis Sandrini, nacido el 22 de febrero de 1905. Habrá una amplia retrospectiva de sus películas en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín y una maratón en la TV por cable (ver TV por cable).

Actor de cine y teatro, director, productor y creador de personajes tan populares como «Chingolo», «Cachuso» y «Felipe», Sandrini fue un artista que con su dicción tartamudeante y su sentido del humor marcó una época en el espectáculo argentino. Su padre, también actor, había sido galán de Camila Quiroga, y el pequeño Luis lo acompañó en sus giras por la provincia de Buenos Aires hasta que decidieron radicarse en San Pedro. De adolescente ingresó, como payaso, en el elenco de Ricardo Rinaldi, viejo actor de circo, y ese personaje pervivió en el teatro, el cine, la radio y la televisión. La compañía de Enrique Muiño y Elías Alippi lo contrató para la temporada en el teatro Cómico, y poco después debutó en el cine con la mítica «Tango» en 1933, dirigida por Luis Moglia Barth.

Le siguieron «Los tres berretines», de Enrique Susini; «El hijo de papá» de John Alton; «El cañonero de Giles», de Manuel Romero; «La muchachada de a bordo», también de Romero y «Loco lindo», de Arturo S. Mom.

Con «Chingolo», dirigida por Lucas Demare, logró un gran éxito de crítica y público en 1941. También filmó con Luis César Amadori, Eduardo Morera, Luis Bayón Herrera, Leo Fleider y Román Viñoly Barreto. Fue realizador, actor y productor de «Cuando los duendes cazan perdices», con la que hizo cinco temporadas consecutivas en el Astral a teatro lleno, un éxito tan grande que se animó a llevarla al cine como director. De esos tiempos data su prolongada y tormentosa relación con Tita Merello, antes de casarse con Malvina Pastorino. Sus películas se exhibían en México, Chile, Uruguay y España. En la televisión, durante casi 24 años, consagró otro personaje, Felipe. Y, sobre todo, nunca le faltó olfato para detectar el cambio de los tiempos, al punto tal de que en sus últimos años hasta se hizo rebelde en películas juveniles como «El profesor hippie» y «El profesor patagónico».

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