11 de febrero 2003 - 00:00

En Berlín se habla de cine y de guerra

En Berlín se habla de cine y de guerra
Berlín-Pese al fantasta de una eventual guerra en Irak, que ha aportado a la muestra otro ineludible foro de discusión, la 53a. edición del Festival Internacional de Cine de Berlín funciona aceitadamente desde su inauguracion el jueves pasado con el vistoso musical norteamericano «Chicago». La Berlinale, bajo la direccion del crítico Dieter Kosslick, que reemplaza desde el año pasado al veterano Moritz de Hadeln, dura dos días menos y tiene un programa más apretado, debido a los recortes presupuestarios y la pérdida de algún sponsor.

La competencia oficial -con 22 films a concurso- refleja los malabarismos del comité programador para conservar el perfil artístico del festival y ofrecer un mercado atractivo para el cine de arte. A su vez, Hollywood utiliza el festival como atractiva plataforma de lanzamiento para sus estrenos, y provee el glamour de sus estrellas -en estos días han pasado por acá, Dustin Hoffman, Nicole Kidman y George Clooney, entre otros, quienes más tarde o más temprano han tenido que responder preguntas acerca de su posición respecto de la guerra. Es que el tema está tan instalado que ayer cinco jóvenes directores alemanes empezaron a rodar las intervenciones espontáneas de personas que quieran decir algo al respecto, según una iniciativa del propio Kosslick. Anoche, entretanto, Roger Moore ofició de presentador de la ceremonia de gala paralela «Cinema for Peace» (El cine para la paz), tras ser condecorado con la Cruz del Mérito alemana por el presidente Johannes Rau, en reconocimiento de su tarea como embajador de UNICEF. Previamente, Christopher Lee encendió la llama de la paz en la Plaza Gendarmenmark.

Volviendo al cine, como ya había adelantado este diario, la presencia latinoamericana en el festival es mínima este año. La Argentina está representada por el dibujo animado «Mercano el marciano», de Juan Antín, y el documental colectivo «Cine piquetero», en el Foro del Cine Joven, la sección dedicada a las nuevas tendencias.

El INCAA tiene un stand en el Mercado, donde promueven las ventajas económicas de rodar en nuestro país, y en el Iberoamerican Institute mañana se hará la presentación de la programación del próximo Festival de Mar del Plata. Ya están en Berlín, entre otros, Miguel Pereira, nuevo director del festival, quien seguramente recuerda con satisfacción el lanzamiento de su carrera, con «La deuda interna», hace más de diez años, en la Berlinale .

Dentro de la competencia oficial, han tenido buena repercusión crítica «Las horas», dirigida por Stephen Daldry («Billy Elliot»), y «Adaptation» de Spike Jonze (que en la Argentina se verá a partir del jueves como «El ladrón de orquídeas»), exploraciones interesantes sobre las complicadas relaciones entre la literatura, la vida y la búsqueda de la felicidad. El drama «Las horas», basado en una novela que enlaza tres historias en diferentes épocas, recurre a Virginia Woolf ( Ni-cole Kidman, irreconocible tras una nariz postiza), en el proceso de escribir «Mrs. Dalloway», y combatiendo tendencias suicidas, para establecer líneas de contacto con una deprimida ama de casa en Los Angeles en los años '50 (Julianne Moore), y una editora en el NuevaYork de hoy ( Meryl Streep). «El ladrón de orquídeas», en cambio, es una co-media satírica, cuyo blanco es Hollywood. La historia desopilante de la escritura de un guión mezcla personajes reales -la escritora Susan Orlean, interpretada también por Meryl Streep-y ficticios, como el guionista en crisis y su hermano tiro al aire, que a lo mejor es solo producto de su imaginacion ( Nicholas Cage en los dos papeles).

Calurosamente aplaudida por el público y la crítica, la comedia alemana
«¡Adiós, Lenín!», de Wolfgang Becker, aborda los dramas y disparates de la reunificación de las dos Alemanias. Producida por X Film Creative Pool, el joven grupo berlinés detrás del éxito artístico y comercial de «Corre, Lola, Corre», este film es un entretenido reflejo -con la distancia que dan los años transcurridos desde la caída del muro en 1989- de las vicisitudes sufridas por los habitantes de Alemania de Este. La película explora, con calidez, los lazos familiares que sobreviven la crisis y le da al público alemán ocasión de reír a carcajadas.
La producción senegalesa-canadiensefrancesa
«Madame Brouette», de Moussa Sene Absa, ambientada en un barrio pobre de Dakar, mostró las virtudes de realizar cine africano, con alcance internacional, a base de un guión sólido y personajes bien diseñados. La crítica al machismo y al atraso se hace, para bien o para mal, no sosteniendo el estandarte político, didáctico e iracundo, de los '70, sino mostrando cómo una mujer independiente y aguerrida no puede salir adelante cuando hombres prepotentes se les cruzan delante. Colorida y ágil, esta comedia dramá-tica encontró su público en Berlín.

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