6 de diciembre 2006 - 00:00

"Es un documento histórico de la cinematografía nacional"

Afiche de «Lo que le pasó a Reynoso»,film histórico que se creía perdido y quetras la primera restauración de largoaliento en el país, será exhibido mañanapor la Cinemateca.
Afiche de «Lo que le pasó a Reynoso», film histórico que se creía perdido y que tras la primera restauración de largo aliento en el país, será exhibido mañana por la Cinemateca.
El jueves, en la Sala Lugones, y en única función, la Cinemateca Argentina exhibirá la copia restaurada de la primera película argentina en colores, el sainete criollo «Lo que le pasó a Reynoso» (no un sainete cómico, sino tragicómico, destinado a la emoción), película que además del color tiene varios otros atractivos. Uno está en la gente que lo hizo: director Leopoldo Torres Ríos, dramaturgo Alberto Vacarezza, actores Enrique Muiño, Florén Delbene, Pola Alonso, Francisco Alvarez, Elisardo Santalla, Benita Puértolas, Luis Dávila, y una jovencita Egle Martin, que recién empezaba, y promete ir a la función. También irán algunos hijos y nietos de estos artistas. Cabe agregar que, por culpa del personaje de Egle (una chinita coqueta), a Reynoso le pasa lo que le pasa. Y que, además, éste es el anteúltimo trabajo del gran actor nacional Enrique Muiño. Al momento del rodaje ya tenía 74 años, y apenas le quedaban dos de vida (murió el 25 de mayo de 1956). En alguna escena parece medio perdido. Pero no hay que engañarse. Culpa suya, los espectadores terminan buscando rápido los pañuelos, antes que se prendan las luces.

Otro atractivo, es que durante décadas esta película se creyó perdida. Por suerte, años atrás Cinemateca Argentina logró obtener el negativo, que ya estaba bastante dañado, y lo conservó debidamente hasta (a impulsos del Festival Pinamar) entregarlo en el 2004 a los laboratoristas Juan José Stagnaro y Roberto Bernardis. No se trataba de hacer una copia nueva, tapando algunas rayas. Enderezar ondulaciones, corregir deformaciones, recuperar la calidad de sonido, testear tonos originales, lograr su reproducción con la mayor fidelidad posible, llevó prácticamente dos años. El resultado es, concretamente, la primera restauración fílmica de largo aliento que se hace en nuestro país. Mejor que esto, por ahora entre nosotros es imposible, salvo nuevo equipamiento y mayor presupuesto. Al respecto, charlamos con Stagnaro, quien recuerda que «ésta era la única oportunidad de recuperar un documento histórico, de un momento de la industria cinematográfica argentina.»

Periodista: Un momento que usted vivió personalmente.

Juan José Stagnaro: Hay algo más. Quien hizo la fotografía de esta película, Pablo Tabernero, fue mi maestro. Con él tuve contacto hasta sus últimos días. Me había pedido que la buscara. Que le gustaría verla de nuevo. La busqué varios años, sin encontrarla. El no está más con nosotros, pero yo quise hacer esto en su memoria.

P.: Prácticamente ad honorem...

J.J.S.: Lo que cobramos (4.000 pesos por dos años de trabajo), y no lo digo como recriminación, no alcanza ni para la mitad del material virgen que debimos usar.

P.: ¿Puede sintetizarnos los pasos de este trabajo?

J.J.S.: Desglosamiento de todas las tomas, diagnóstico de cada una, pruebas de acercamiento, duplicación, tratar de eliminar la mayor cantidad de rayas, mediante proceso físico y químico, tratar de recuperar el color. Esta fue la primera película color que se reveló en Argentina. Quizá por inexperiencia en el revelado, con el tiempo algunos fotogramas se deterioraron tanto que se transparentaban. Debimos reconstruir cada fotograma desvanecido, hasta que quedara lo más similar posible al fotograma anterior, y al posterior.

P.: ¿Y el sonido?

J.J.S.: Era otro tipo de sonido, de densidad variable y pista única. Hoy es de densidad fija y pista variable. Debimos hacer varias pruebas, tratando de ser fieles.

P.: Volvamos al color, ¿se logró exactamente la misma tonalidad original?

J.J.S.: Tratamos. La gente queda conforme, porque se reencuentra con la obra, pero una cosa es cómo la ve el espectador, cargado de afectos, y otra lo que uno sabe que se podría hacer. En un futuro, cuando el país esté más equipado con máquinas digitales, recién haremos restauraciones completas.

P.: ¿No hay quien financie un buen departamento de restauración?

J.J.S.: Hicimos uno cuando Leonardo Favio realizó la miniserie «Perón, sinfonía de un sentimiento». Ahí yo tenía diez personas a cargo, y restauramos 250.000 metros de noticieros, metraje equivalente a diez películas. Ochenta y cinco por ciento era en blanco y negro, y quince por ciento en color, pero más moderno. Terminada la miniserie, el departamento se desmanteló. Ahora volvimos a adaptar algunas máquinas para «...Reynoso».

Paraná Sendrós

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