16 de septiembre 2019 - 00:00

Film ecuatoriano gana en el Festival de Jujuy

"La boya", la película de Fernando Spiner, fue otra de las triunfadoras, al igual que la chilena "Sumergida" y la boliviana "Muralla".

la boya. Aníbal Zaldívar, el poeta, y Fernando Spiner, el cineasta, en la película rodada en Villa Gesell y premiada en Jujuy.
la boya. Aníbal Zaldívar, el poeta, y Fernando Spiner, el cineasta, en la película rodada en Villa Gesell y premiada en Jujuy.

San Salvador de Jujuy - De los varios festivales internacionales de cine que sobreviven en la Argentina, el de Jujuy apunta para el tercer puesto, detrás de Mar del Plata y el Bafici. No tiene la paquetería del recordado Pantalla Pinamar pero luce en cambio similar nivel organizativo, mueve al público de toda la región y además es competitivo: aquí se enfrentan producciones de los siete países andinos, por eso se llama oficialmente Festival Internacional de Cine de las Alturas. Pequeña contradicción: muchas obras participantes transcurren en playas, selvas, campos y ciudades donde no se ve una sola montaña.

Equitativamente, la edición que terminó el sábado premió a “Cenizas” (J. S. Jacome, Ecuador, filmado al pie del volcán Cotopaxi), “La boya” (F. Spiner, Argentina, filmado en Villa Gesell), “Sumergida” (A. Finat, Chile), “Muralla” (G. Patiño, Bolivia, Mejor Fotografía y Premio Argentores), “Candelaria” (J. Hinostroza, Colombia, filmado en Cuba), “Mataindios” (Sánchez y Julca, Perú), “Método Livingston” (S, Mora) y “Magalí” (Mejor Actriz, Eva Bianco) y los cortos “Sacha” (J. Torales, Santiago del Estero) y “Pacha, barro somos” (A. Loiseau, animación en barro, Humahuaca).

Otros premios fueron para el documental “¿Quién mató a mi hermano?”, “Vilca, la magia del silencio”, “Sueño Florianópolis”, etcétera. En el haber se anotan crecientes secciones paralelas, charlas, talleres, seminarios, mesas redondas, presentaciones de libros y, renglón aparte, 18 funciones de cinemóviles en otras tantas localidades del interior jujeño, e incluso en Villazón, Bolivia. Allí, y en la escuela de comercio de La Quiaca, el caballito de batalla fue “Mi obra maestra” (ideal para que los chicos vean cómo son ciertos negocios en el mercado de artes plásticas). Creados por Julio Márbiz en 1998, hay un cinemóvil por provincia. Algunas los aprovechan mejor que otras, pero en Jujuy son estrellas. Ahí festejaron el año pasado su vigésimo aniversario. Y las historias que cuentan sus choferes-proyectoristas bien merecen su propia película.

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