Ricardo Garabito (Trenque Lauquen 1930) vive y trabaja en Buenos Aires. Frecuentó la Asociación Estímulo de Bellas Artes, concurrió al taller de Horacio Butler donde conoció al destacado crítico de arte Samuel Paz, recientemente fallecido, y a Samuel Oliver, ambos referentes críticos y mentores de su obra. En 1963 hizo su primera muestra individual en Galería Rubbers, participó en muestras colectivas tanto en nuestro país como en el exterior, y en 1982 y 1998 se realizaron exposiciones antológicas en la Fundación San Telmo y en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta respectivamente.
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«Garabito, una retrospectiva» tiene lugar en el Museo Nacional de Bellas Artes bajo la curaduría de Victoria Noorthorn y abarca obras de la primera exposición mencionada que, según el artista, «estaban influenciadas por la pintura popular, cierta pintura ingenua, el estudio del Románico, del Giotto, Rouault, los abstractos como Alechinsky y Ben Nicholson», hasta aquellas correspondientes a los comienzos de la década de 2000.
El recorrido de la exposición hace reflexionar sobre una constante: Garabito no es artista de los 60, de los 70, de los 80 o de los 90 -clasificaciones que en algunos casos es conveniente para ubicar al artista- sino que su obra, hoy, 2007, vista en retrospectiva, es atemporal. Personajes urbanos y objetos cotidianos que al comienzo realiza sobre hardboard son otra constante hasta hoy; el laconismo de sus títulos «Maniquí, frutas y copas» (1966) o «Dos hombres, uno calvo» de fines de los 90.
Volviendo al recorrido de la muestra, es importante destacar cómo el descubrimiento de la obra del rosarino Augusto Schiavone (1893-1942) lo induce a depurar y simplificar los espacios. Aparece entonces, un personaje único, frontal, desplazado del centro del cuadro, una pintura más refinada a causa del empleo del óleo y un dibujo preciso, por ejemplo: «Hombre con camisa rayada» (1968). Como lo señala Noorthorn en « Charlas con Garabito», la prensa le presta atención, es época de premios y compra de sus obras por parte del Museo de Arte Moderno y del Museo de Bellas Artes, del Museo de Austin (Texas, EE.UU.), del Chase Manhattan Bank; fue lo que es dado en llamar «un pintor exitoso».
Hacia los 70 Garabito realiza una serie de muebles « inútiles», de carácter metafísico, figuras en pose expectante, teatral, y el crítico Damián Bayón refiriéndose a una obra expuesta, «Siete Figuras» (1971), la describió como «un conjunto de jóvenes atildados, recortados contra fondos blancos y neutros que no quieren decir lo que proclaman; al espectador no se le regala la clave para descifrarlos, sólo debe contentarse con el refinado malestar que producen».
Hacia fines de la década repite sus personajes de a dos, «Los Rojas» o de a tres, « Cecilia», este último un verdadero capolavoro que bordea el expresionismo en los rostros y que cuestiona la verdadera identidad del personaje.
Comienzan a espaciarse las exposiciones, en los 80 continúa su narrativa pero la pincelada de los fondos se vuelve más gestual, apela a ciertas citas de la historia del arte. Hacia los 90, muy irreverente, jerarquiza un balde de plástico que lo va a convertir en eje de varias de sus obras, sobre todo por su pregnante color, « Fuentón verde» (1996), un verde vibrante sobre un paño rayado en blanco y rosa fuerte: hay que atreverse con semejantes opuestos en pintura. También realizó esculturas en cartón cuyo suave color atempera su carácter erótico-vegetal. Posteriormente a la exposición del Centro Cultural Recoleta, sus «naturalezas muertas» están compuestas de envases y productos de almacén, muy asordinadas, despojadas; la pintura lisa, por ejemplo «Mercadería con 8 ciruelas» (2003). Refiriéndose a ciertos cuadros, entre ellos, «Retrato de Nini», el artista dice: «No hay teatro o actuación sino gente que posa sabiendo que están posando, el clima es más calmo...quizás el reposo de los años».
Garabito no figura en la nómina de artistas de muchos libros sobre arte argentino, tampoco en circuitos institucionalizadores que deciden el antes o el después; es un artista secreto por elección propia. Bienvenida entonces la publicación de un libro durante la muestra, que ampliará el conocimiento sobre su obra, proyecto de Teresa Grüneisen de Maronese, ensayo crítico de Marcelo Pacheco, charlas con Garabito de Victoria Noorthorn, reproducción de sus pinturas, dibujos y esculturas. (Clausura el 17 de junio.)
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