6 de mayo 2009 - 19:26
La duquesa
-
El próximo estreno de Netflix de pura acción y una madre protectora: de qué se trata "Extraterritorial"
-
Mirtha Legrand dijo cuál será su primera medida si fuera presidenta

"La duquesa" suele remarcar paralelos entre Georgiana de Devonshire y Diana de Gales, aunque los valores del film exceden el simple paralelismo.
G. pronto descubre en la persona de su esposo William Cavendish, Duque de Devonshire, la hipocondríaca frialdad de un hombre taciturno, cuyo único interés en el matrimonio es tener un hijo varón. Pero lo más seductor del film (además, desde ya, de su espléndido ropaje casi kubrickiano para dar cuenta de la estética de la época) reside en evitar el típico lugar común en el reparto de perfiles: ni el Duque es el retrógrado machista ni la Duquesa la habitual sometida que, para entusiasmar a la platea, un día se va de casa como la Nora de «Casa de muñecas».
Lo mismo ocurre con su contraparte: la Duquesa (dúctil y bella Keira Knightley) busca su vía de escape dentro de los estrechos márgenes que le consienten las prácticas de entonces, y es allí donde su personaje gana en profundidad y autorreflexión, a la vez que hace historia en los prime-ros registros del feminismo. La aparición de una tercera mujer, Lady Elizabeth Foster (Hayley Atwell), primero amiga fiel de Lady G. aunque luego amante de su marido (más allá de cualquier pre-feminismo, también en el XVIII para una mujer no había nada peor que otra mujer), introduce un nuevo e insólito huésped en la casa Devonshire, para vivir un menage à trois relativamente oculto a los ojos de la sociedad.
Este giro introduce al film en el clima de una comedia dramática de desacostumbrado humor (flemático, por supuesto, pero humor al fin), hasta que la ruptura que pretende G., quien ya no oculta su amor por su antiguo amigo Charles Grey, que tiene aspiraciones de Primer Ministro, y su posterior conversión en la «duquesa del pueblo» a partir del encen-dido discurso político que da en la ciudad de Bath, vuelven una vez más a subrayar otra vez las similitudes entre su personaje y la figura de Diana. Film valioso y más que atendible, que alcanza con valores propios la línea de «La reina» de Stephen Frears.
Dejá tu comentario