22 de octubre 2001 - 00:00

La inglesa Tamzin Townsend dirige obra en el Cervantes

Tamzin Townsend.
Tamzin Townsend.
Jamzin Townsend es una joven directora inglesa que ha desarrollado su carrera en Espa-ña con muy buena repercusión, tanto en Madrid como en Barcelona, donde reside desde 1992. En setiembre llegó a Buenos Aires para realizar el montaje de «Palabras encadenadas» del catalán Jordi Galcerán, recién estrenada en la Sala María Guerrero del Teatro Cervantes con Esther Goris y Víctor Laplace en los protagónicos. La obra describe el extraño encuentro entre un psicópata y una enfermera e incluye escenas filmadas en video de una gran crudeza. Sin embargo, para esta simpatiquísima inglesa -cuyo nombre coincide con el de la hija de Sir Lawrence Olivier, por decisión materna-se trata de «una obra en la que se destacan las palabras y los climas». Antes del estreno, la directora dialogó con este diario en un correcto castellano, matizado de consonantes inglesas y vocales catalanas.

Periodista: ¿Cómo llega una inglesa a dirigir teatro en espa-ñol y en catalán?

Tamzin Townsend:
Cuando llegué a Barcelona, en plan de descanso, yo ya tenía estrenada una obra en Inglaterra. Pero de pronto surgió la oportunidad de dirigir una obra de autor inglés en catalán y lo hice. Me fue tan bien que no paré de dirigir desde entonces. Mi identificación con la lengua catalana fue muy grande, pero durante un tiempo seguí muy enganchada con el inglés. Recién después del '97, cuando monté «Palabras encadenadas», dejé de dirigir obras inglesas. Yo siempre tenía en mis manos el original junto al guión en catalán. Así fue también que aprendí el idioma. Desde entonces sólo hice obras catalanas o de origen español.

P.: Pero los críticos españoles siguen celebrando su «malicia inglesa».

T.T.: Me gusta mucho el sentido del humor inglés, siempre tan sutil e intelectual. No tengo tanta identificación con el humor español, sí con el catalán que es más cercano al mío. El de Madrid es más directo y payasesco, mientras que en el humor inglés puedes ver cuando alguien jode a otra persona, que lo hace con una sutileza tal que sin romper la sonrisa ni la buena educación le está diciendo algo terrible. Eso me produce mucha gracia y lo he volcado en muchas de las comedias que dirigí.

P.: ¿Cómo definiría a «Palabras encadenadas»?

T.T.: Es una obra muy moderna, con muchos cambios y sorpresas. Se trata de un hombre muy retorcido que tiene a una mujer secuestrada en un sitio horrible.

P.: ¿No es su esposa?

T.T.:
Pues sí que lo es, pero ésa es apenas la primera vuelta que da la obra. Al principio el texto sólo habla del psicópata y la enfermera. El le dice a ella: «Te voy a matar; vamos a hacer el amor, antes o después de matarte, no lo sé», y después empiezan a jugar. Ella debe decir una palabra que empiece con la última sílaba de la palabra que él ha dicho.Y después resulta que son una pareja y resulta que él está dolido porque ella lo ha dejado, y ahí la cosa ya se vuelve más humana y más fácil de entender, porque la violencia no es gratuita en esta pareja. El lugar de la víctima no está muy claro y además los dos personajes son tremendamente antipáticos. Entonces, la obra va dando tantas vueltas y tantos «resulta que» que ya no sabes qué es verdad y qué es mentira. Y después hay un último video muy terrible, sobre el final, del cual estoy muy orgullosa.

P.: ¿Por qué la puesta incluye videos?

T.T.: Porque él es un personaje bastante retorcido y graba una especie de diario cada vez que mata a alguien. En el video del final es donde vemos el cruento desenlace. El público no ve la escena en directo porque no la podría tragar, pero a través del video, sí. Yo quería algo impactante, sórdido y muy desagradable, para mostrar que después de tanto y tanto juego... pues, mira, éste es el final.

P.: ¿Cómo reacciona el público ante tanta violencia?

T.T.: Eso es algo que hemos pensado mucho antes de hacer la obra en Buenos Aires en este momento tan terrible, después de lo del 11 de setiembre. Toda esa cosa tan cruel que te hace pensar que puedes ser tú el que iba en el avión secuestrado, que puedes ser tú trabajando cuando un avión destroza tu edificio. No era fácil después de todo eso hacer una obra así que tiene tan poca esperanza. Pero no quiero pintarla como una cosa totalmente negra, porque también tiene mucho sentido del humor y el público queda terriblemente enganchado. rancesa.

P.: ¿La gente no se sorprende de que sea una mujer la que está detrás de todo esto?

T.T.: Pues sí, porque la obra muestra la escena de sexo menos romántica del mundo. Pero me divierte que la gente se sorprenda conmigo. Por eso siempre intento el día del estreno mostrarme terriblemente femenina. Me visto con especial esmero, porque pienso que está muy bien que vean una imagen así: muy femenina, muy mujer, siendo la obra que dirijo tan «bestia».

Dejá tu comentario

Te puede interesar