Desde la semana pasada, la fotografía acapara el escenario artístico de Buenos Aires. Si bien el Festival de la Luz comenzó el jueves en el Centro Cultural Recoleta, que es la base de un gran despliegue de operaciones, la movida despuntó el miércoles en la galería Palatina, con la muestra «Artistas x Artistas. 12 x 68», que exhibe casi un centenar de retratos.
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El vernissage, dadas las imágenes presentadas, 12 artistas que retratan a 68 de sus pares, parecía la fiesta de una gran familia celebrando un esperado reencuentro. Estaban muchos de los autores y también los retratados, de todas las edades, dado el amplio recorrido cronológico de la exhibición, que se extiende a los últimos 70 años, según aclara su curador, Mario Gradowczyk.
La muestra se inicia con una foto de Quinquela Martín y el artista ruso Stefan Erzia, tomada en 1938 por Annemarie Heinrich; continúa con Miguel Diomede y Renzina, su mujer, fotografiados en 1948 por Anatole Saderman en la intimidad del taller. La década del 60 está presente con un retrato de Leopoldo Presas de Sammer Makarius, artista que en la última feria arteBA sorprendió al público con las imágenes de los protagonistas de esos años. Entre los sesentistas figura un retrato surreal de Roberto Aizemberg, que 1967 posó con traje oscuro y corbata para Humberto Rivas, parado sobre la cumbre de un monte y con la cordillera como fondo.
Hay retratos de Rómulo Macció, Gyula Kosice, Alberto Greco, Batlle Planas, Carlos Alonso y un poderoso Antonio Berni que domina la amplitud de su taller. Una foto de Alejandro Kuropatwa ilumina toda la sala con la sonrisa de Juan José Cambre, que oscila entre la inocencia y la picardía.
Gian Paolo Minelli registra en una serie de 1995 personajes como, entre otros, Victor Grippo, Marta Minujín, Marcia Schvartz y Luis Wells. Las fotos de Julio Grinblatt (Gordín, Guagnini junto a Klemm y Cohen, Kacero, Kuitca, Porter, Siquier, entre otros) se acercan a la década del 90, como las de Alberto Goldenstein (Hasper, Gumier Maier, Schiliro, Gordín), que se destacan por el uso franco del color.
La exhibición arriba a la más reciente actualidad con un retrato de Roberto Jacoby, tomado en plena acción por Melina Berkenwald, y con el dramatismo de «Guardianes acuáticos», un inquietante autorretrato del joven Sandro Pereira.
Ahora, si la esencia de la fotografía es melancólica porque inexorablemente remite al pasado, la inclusión de las fotografías del libro «Temporada» de Rosana Schoijett, con los retratos de los jovencísimos artistas de la última beca Kuitca en la UBA (maestro incluido), pone en evidencia la nostalgia que ronda en toda la muestra, cuyo tema pareciera ser el ineluctable paso del tiempo.
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