12 de junio 2008 - 00:00
Los primeros testimonios
Era un acontecimiento: después de 15 años sin estrenar un largometraje (el último fue «Gatica», en 1993, aunque más tarde realizó para la TV la accidentada «Perón, sinfonía de un sentimiento»), Leonardo Favio, pese a su salud resquebrajada aunque en plena lucidez, volvió al cine con «Aniceto», versión coreográfica de su éxito de 1967 «Romance del Aniceto y la Francisca». El film, que se estrena hoy, tuvo una función avant-première el pasado lunes, en la sala del Atlas de Recoleta, a la que acudieron muchos de sus amigos y colegas, incluyendo a Elsa Daniel, protagonista de la película original. Este diario recogió algunas opiniones, a la salida, y también habló con la otra coprotagonista, María Vaner aunque ella no pudo concurrir ese día. Veamos:
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«Aniceto» no es sólo un buen ejercicio de cine. Es una muestra más de la sensibilidad y el talento de Leonardo Favio.
GRACIELA BORGES Actriz
Es una obra magistral, llena de refinamiento; el verdadero refinamiento, el de la sencillez, el equilibrio, el que sale del corazón. Me emocioné durante toda la obra. No pensé que iba a ser así, y no es que no esperara algo divino de un tipo como el negro, que ya sabemos que es muy especial, sino que yo amé mucho 'El Aniceto y la Francisca', pero ésta me deslumbró. Su estética, la concepción, los tres bailarines-actores son extraordinarios. Me sentí reconfortada como bicho de cine. Espero que le vaya muy bien. No pienso en términos de «popular o no popular», porque si no no haría nada, quedaría suspendida en el aire.
LINO PATALANO Productor
Mi opinión no es imparcial porque cuando Nini Marshal cumplió 90 años y vino Favio a la fiesta le dije «Hay que hacer una danza con Aniceto». Lo que logra con la película es mostrar ese potencial de un joven-Favio, innovador y buscador,como los chicos del nuevo cine. Ofrece una nueva lectura, un sistema, una forma, que me emocionó, me transportó.
Además Piquín, un amigo a quien conozco hace años, me subyugó, nunca imaginé que podía estar a ese nivel de actuación, y las chicas, a quienes también conozco desde chiquitas, son formidables. La película es de una sensibilidad y un argentinismo sorprendentes. Uno que amó al «Aniceto y la Francisca» no puede creer cómo Favio pudo cambiar eso por esto. La definiría como una película amorosa.
PABLO TRAPERO Director
Había pasado por el set cuando estaban filmando porque-Favio me había invitado, y fue emocionante verla terminada. La película sigue marcando estilo, es un Favio auténtico, y es muy lindo ver cómo trabaja sobre su propia película con una mirada tan diferente, sin perder la esencia. Sin duda, Favio sigue siendo referente de muchos directores y la película es muy buena por esta construcción tan experimental y personal que propone. Es difícil encontrar este tipo de cine y las sorpresas que Favio siempre se guarda, como en cada una de sus películas previas.
PIPO PESCADOR Actor y autor
Es una rara joya del cine musical, un concierto maravilloso de lunas artificiales, gallos de riña danzarines y un amor sin palabras. La escena del agua fluyendo, que deviene en luciérnagas, la voz del mismo Leonardo Favio contando el suceso mágico del romance que empieza sin palabras y termina con un chau, fascinando al público que casi no respira. La música, mezclada con espolones y truenos, las escenas demoradas como una caricia, terminan de cerrar el mito de un maestro que puede jugar ya libremente con los cinco sentidos. Imperdible.
ENRIQUE PINTI Actor
Es una joya de aquel Favio que conocimos en el otro « Aniceto y la Francisca». Es maravilloso lo que logra Hernán Piquín, una cara de Holywood, parece un actor norteamericano y manejado por Favio hasta el mínimo gesto. A quienes estuvimos nos enloqueció, nos sacudió, nos pareció excelente con todas las de la ley.
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