1 de agosto 2024 - 12:35

"Suavecita": otro éxito del off que desembarca en calle Corrientes

A poco más de un año de su estreno, "Suavecita" se convirtió en éxito de público y elogios, sobre una madre soltera que descubre que con un don milagroso puede darle mejor pasar a su hija. Debuta en el Metropolitan, con autoría y dirección de Martín Bontempo.

Camila Peralta presenta el unipersonal Suavecita, de Martín Bontemmpo, en el Metrpolitan. 

Camila Peralta presenta el unipersonal "Suavecita", de Martín Bontemmpo, en el Metrpolitan. 

“El boca en boca de hoy está en las redes, pero me cuesta generar esos contenidos”, dice Camila Peralta, protagonista de “Suavecita”, de Martín Bontempo, otro éxito del off que tras agotar localidades desde su estreno el año pasado en Nun, llega a Calle Corrientes.

Este unipersonal sobre una mujer que descubre un don para curar pacientes y que aborda el universo de la ciencia y la medicina tradicional en un hospital público del conurbano, ganó el premio Trinidad Guevara a revelación femenina. Camila Peralta interpreta a muchos personajes en un relato de erotismo, ciencia ficción y misterio.

Desde el martes 13 de agosto ofrecerá funciones en el Metropolitan luego de su paso por el Caras y Caretas y de realizar funciones en Rosario, la Cárcel de Mujeres de Ezeiza y el Festival de Rafaela. En tanto encara funciones en Munro, Avellaneda, San Martín, Montevideo y México DF. Conversamos con Peralta.

Periodista: ¿Cómo es esta historia que fue elogiada y distinguida con premios y sala llena?

Camila Perlata: La construimos con el director Martín Bontempo y la asistente de dirección durante cuatro meses de ensayos, cuatro veces por semana, y trata sobre una madre soltera que necesita sostener a su familia que es su hija. Ella es muy particular en su manera de hablar, de pensar el mundo, de comunicarse y es sensible. Mezcla dos mundos porque si bien describe una situación personal muy marginal y terrenal, luego se encuentra con un mundo mágico o de fantasía y ciencia ficción, entonces comienza a habitarlo. Todos los fines de semana tenemos una explotada, lo que hace que el personaje crezca porque con la respuesta del público ante ciertas cosas uno va entendiendo qué pide la platea, qué se suma y qué se saca.

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P.: ¿Cómo fue esa función en la cárcel de mujeres?

C.P.: Fue muy especial porque era la primera vez que hacía teatro en la cárcel, con una situación tensa en la entrada, seguridad, y ver a las chicas encerradas ahí todo el tiempo. Les llevé esta historia e intenté que se fueran un poco de ese lugar del que no pueden salir. Fue raro porque no teníamos toda la escenografía, fue todo muy simple pero la obra de esa manera igual tenía sentido. Al principio las chicas del público estaban desconcentradas, pasaban guardias por adelante mío mientras actuaba, en un momento se cortó la luz, la gente hablaba, se movía, hasta que en un momento empezaron a ser convocadas y fue espectacular, se rieron, estuvieron atentas, lo más hermoso fue como se acercaron al final a agradecerme por estar ahí. Fueron comentarios muy diferentes a los de un público convencional, que no está privado de su libertad. Cuando volví con otra obra me contaron que se habían quedado pensando, que repetían frases de “Suavecita”, fue conmovedor hacerlo aunque en los días previos estaba con nervios, llanto y entusiasmo.

P.: ¿Qué elementos de la obra cautivan al público?

C.P.: Hay cosas reconocibles en la obra, cotidianas y de consumo popular. Las vírgenes y los santos en este país son muy fuertes, las rutas están llenas de altarcitos, tocar esos temas atraviesa a diferentes clases sociales y nunca deja de ser actual. Los unipersonales tienen un magnetismo particular porque además de contar una historia tienen a una sola persona sosteniendo la historia con destreza, y en este caso interpretando a varios personajes. Se disfruta la historia y la herramienta de la actuación.

P.: En múltiples obras actuales aparece lo divino, las vírgenes, los médiums, los milagros, la fe, ¿por qué?

C.P.: Nos atraviesa como sociedad, no tiene que ver el status, a qué se dedica uno, si es intelectual o no leyó un libro, sí o sí nos atraviesa, desde creer o no creer, que también puede tener que ver con ser un poco cabulero, sentir que existe algo más. Cuando alguien se tiene que tratar una enfermedad y ya no es el dinero lo que se necesita para sanar, lo que queda es la fe.

P.: ¿Cómo es hacer hoy teatro independiente?

C.P.: Esta obra tuvo producción del teatro Nun que puso plata para la escenografía y el lugar de ensayo, y otras obras en las que estuve tuvieron producción privada, no tuve que encargarme de la producción como en obras pasadas cuando había que presentar a Proteatro, INT, etc, para que nos dieran fondos. En esos tiempos estaba inmiscuida en lo que difícil que era y hoy día conseguir los fondos es más complicado. El independiente habilita una experiencia positiva de ensayos y pruebas sin exigencia de llegar en cierto tiempo, eso ayuda a la maduración de la obra. Lo que tiene de negativo es que cuesta mucho llevar a cabo las cosas, por suerte con “Suavecita” fue un combo de libertad, poner fecha de estreno y algo de dinero para hacerla.

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P.: ¿Cómo te llevás con la necesidad de tener que subir reels y producir contenidos para redes?

C.P.: No lo hago ni me da ganas, pudimos armar equipo en el que otros lo hacen pero si no estuvieran estaría en problemas porque me da vergüenza. Me quiero concentrar en actuar, si tengo que hacer otro trabajo que no sea el mío no lo sé hacer bien. Es un requisito hoy día, que la información esté en redes, porque lo que pasaba antes de llenar sala por salir en los medios, hoy pasa si alguien con muchos seguidores comparte el contenido.

P.: ¿Cómo ves el teatro y la cultura hoy?

C.P.: Hay mucha gente creativa produciendo con calidad y pensamiento crítico, estoy rodeada de gente talentosa pero el teatro y la cultura no están siendo cuidadas. Son lugares de pensamiento donde se gestan cosas que después resuenan en la sociedad. Los artistas trabajamos de pensarnos entonces asusta al poder, pensar hace que nos despertemos y por eso se trata mal a la cultura. Además se hace cultura para disfrutar de una canción, una obra, alejarse de que solo sea información, números, dólar, noticias feas. Siempre hemos resistido y lo seguiremos haciendo, saldrán buenas cosas de estos lugares aunque no se los apoye.

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