«Wallace & Gromit: la maldición de las verduras» (Wallace & Gromitt: The curse of the Were-Rabbit, G.B., 2005, habl. en ingl. o dobl al esp.). Dir.: N.Park & S. Box; Guión:N.Park, S. Box, B. Barker, M. Burton IV. Animación en plastilina.
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De los creadores de «Pollitos en fuga» sólo podía esperarse otra delicia, y eso es lo que acá brindan, una joyita simpática, original y tradicionalista al mismo tiempo, de humor amablemente burlón, francamente graciosa y a la vez poblada de sutilezas, que da gusto ver varias veces, por el buen rato que hace pasar, los detalles que la matizan, el encanto en que nos sumerge, y la sencillez aparente de su realización.
Hay que remarcar lo de sencillez aparente. Este es un trabajo de órdago, con poco y nada de computación, y mucho, muchísimo, de artes manuales, gracia innata, y placer infantil por parte de los realizadores. Ellos, con Nick Park a la cabeza, nos devuelven a un tiempo idealizado, el de un pueblo inglés modelado en los '30, cuyos habitantes parecen originados en aquel viejo juego infantil (todavía debe andar por ahí) de ponerle orejas, ojos, nariz y bigotes a las papas. Lo que viene muy a cuento, ya que están compenetrados con sus queridos zapallos, y su mayor anhelo es llevarse el premio de la exposición anual de hortalizas que organiza lady Campánula Tottington, una flaca que al final, con el vestido que se puso y el peinado que tiene, parece un choclo coronado por una zanahoria.
Esta buena gente sufre un único problema: la plaga de conejos. Pero «la matanza de animalitos afelpaditos es injustificada», dice la lady. Ahí es donde aparecen nuestros queridos héroes, el inventor dientudo fanático del queso, y su perro, más inteligente que el dueño, siempre listo para servirlo y sacarlo de apuros sin que jamás se le escuche el menor ladrido. Antiplaguicidas humanitarios, ellos se encargan de mantener a los conejitos a raya, hasta que aparece un superconejo gigante e insaciable, el terrible Carotus Apetitus, al que es imposible dominar. Y detrás suyo (más bien detrás de la fortuna de lady), un inclemente cazador, un aristócrata de cuarta, bastante ordinario, muy cargoso, con aires de grandeza.
Este es el lugar, éstos son los personajes. Y éstos son algunos guiños, de los muchos que aparecen: «Al este del edén» (convertido en «East of Edam»), el Hombre Lobo, Dr. Jeckill & Mr. Hyde, el Jorobado de Notre Dame, King Kong, Allan Quatermain (degradado a Victor Quartermaine). Todo en broma, naturalmente, y todo al alcance de los niños.
Salvo el merchandising, que acá mucho no se consigue, lo que, bien mirado, es otro punto a favor para llevar a los chicos.
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