Terror y algo de melodrama

«La premonición» parte de una premisa atractiva y no es tan terrorífico como otros clásicos japoneses contemporáneos (lo que puede ser un alivio para espectadores impresionables).

«La premonición» («Yoden», Japón, 2004, habl. en japonés) Dir.: N. Tsuruta. Int.: D. Ban, M. Horikita, H. Inoue, N. Sakai.

Es difícil sostener un fenómeno como el del terror japonés: la originalidad de películas como «Ringu» desató una oleada de títulos que de uno u otro modo intentan copiar el estilo de cuento fantástico clásico situado en un ambiente urbano moderno y verosímil.

El problema es que el espectador del género, que ya viene asimilando los terrores pasados, quiere más, y como en este caso de «La premonicion», le dan un poco menos, lo que no implica que sea un mal film. De hecho, parte de una premisa muy atractiva, digna de un buen episodio de «La dimensión desconocida». Una familia detiene su auto junto a una cabina telefónica. El hombre se baja, y en la cabina observa un diario viejo, amarillento con una noticia perturbadora: «Niña muere en accidente de auto», con una foto que se parece increíblemente a su pequeña hija, que se queja que no puede desabrochar su cinturón de seguridad, mientras a lo lejos se escucha el motor de un enorme camión que avanza a toda velocidad...

«La premonición» se basa en un relato llamado «El diario del terror», sobre el supuesto fenómeno paranormal de encontrar un trozo de diario viejo que contiene noticias del futuro inminente. Lamentablemente el fenómeno nunca incluye el resultado de la quiniela. En cambio, siempre trae alguna tragedia espantosa que está a punto de acontecer en el lugar mismo de la lectura, dentro de apenas segundos, lo que deja un margen de acción mas bien escaso para revertir la advertencia sobrenatural.

El asunto daba para todo tipo de resoluciones, pero la pelicula se queda en lo melodramático y no asusta tanto como otras japonesas recientes. En el medio se empantana un poco, pero al final, levanta vuelo con una resolución más que aceptable y dos o tres momentos auténticamente intensos. Las actuacionesson creíbles, y la música y la fotografía son los dos elementos que ayudan a mantener la atención durante la hora y media de proyección.

D.C.