24 de mayo 2007 - 00:00

Títeres para adultos: algo más que "actores suplentes"

A la izq., «Lamujer de lalámpara»,creación deMabelMarrone. A lader., RománCaracciolo,director de«La quenecesita unaboca»,basada en lasmemorias deJuana laLoca.
A la izq., «La mujer de la lámpara», creación de Mabel Marrone. A la der., Román Caracciolo, director de «La que necesita una boca», basada en las memorias de Juana la Loca.
Buenos Aires pasó por el auge del teatro de varieté, del stand up o la moda del circo a un nuevo trend: las obras de títeres para adultos, con multiplicación de grupos dedicados a este arte (existen más de 20 sólo en Buenos Aires). La mayoría confluirá en el IV Festival de Títeres para Adultos, entre el 14 y el 24 de junio en salas del circuito off.

Dialogamos con varios directores de estas puestas que se valen de títeres, objetos y muñecos, sobre la respuesta de un público aún prejuicioso que toma a los títeres como divertimento para chicos. También hablaron de las obras pornográficas con títeres pornográficos, de la historia de este género, que cuenta con Adelaida Mangani, Javier Villafañe y Ariel Bufano entre sus mayores exponentes.

Román Caracciolo dirige «La que necesita una boca», basado en memorias de Juana la Loca y dijo a este diario: «Con el títere uno entra en una emoción más directa que con el ser humano, es una cuestión de vuelta a lo infantil, a lo lúdico. Creo que está variando el prejuicio de creer que los títeres son para chicos, porque lo que se produce es un tipo de comunicación que remite a lo infantil, pero el tema no tiene nada de infantil».

El ejemplo más acabado es el grupo «69 a la cabeza» que se presentó el año pasado en el festival de títeres para adultos con la obra «Títeres bien hot» y la promesa de desatar fantasías a través de excitados muñecos. Sobre las ventajas de utilizar muñecos o títeres opinaron Andrés Sahade, (dirige «El señor Nicodemo» por el Nudo Compañía Teatral los domingos a las 20 en Espacio Ecléctico) y Mabel Marrone, cofundadora del Grupo de Títeres de El Candil.

«Todos aprendimos en la escuela de titiriteros que si hay una escena que se puede hacer con actores, debe ser hecha con actores, esto es, la escena tiene que ameritar que se utilice el títere. Por ejemplo, si quiero un equilibrista sobre la cuerda floja que sale volando o el hombre bala que vuele hasta el circo, necesito un títere. Claro que el Cirque Du Soleil puede hacerlo con humanos, pero estamos hablando de una salita independiente en San Telmo.

La obra cuenta la historia de un hombre que, signado por la incipiente carrera espacial, sueña con llegar a las estrellas, y en este viaje encontrar el verdadero amor. La pasión de Nicodemo por los cohetes se entrecruza con sus reiterados (y poco logrados) intentos de conquistar a las mujeres, que serán representadas por muñecas.

Marrone se opone a la idea de que los títeres son convenientes cuando algo no puede ser representado por un ser humano: «Son elecciones estéticas; para algunas cosas es más expresivo un actor y para otras un títere. No sé si es que los títeres son para la fantasía y el actor para el mundo real. Todos los mundos pueden ser representados por títeres o por humanos. El maestro Bufano decía que una escena no depende de lo que puedan hacer los títeres sino de lo que puedan hacer los titiriteros». Caracciolo se refirió a la conveniencia de los títeres por cuestiones meramente prácticas: «Nuestra obra gira en torno a la vida de Juana la Loca; teníamos dos actrices con quienes armamos el guión y creímos conveniente que los dos hombres de la historia, Felipe el Hermoso y el padre Fernando, lo hicieran títeres.

Y nos dio un recurso dramático, inesperado y muy atractivo que permite entrar en una dimensión casi mágica. Los títeres suman cuando, en el momento de la muerte de Felipe, imprevista, la actriz esta manejando al títere y lo deja caer, lo suelta y el cuerpo muere». Se ahorró así tantas versiones cinematográficas y teatrales con actores reales donde su muerte quedaba reducida al ridículo.

El IV Festival de Títeres para Adultos, organizado por el CELCIT y El Bavastel Títeres se realizará entre el 14 y el 24 de junio en el Teatro del Artefacto y en el Espacio Ecléctico. Abrirá el viernes 15 con «Mis cosas favoritas», de Marie Vayssière y Javier Swedzky, por Compañía Trabajo a Reglamento en coproducción argentinofrancesa y se verán además «Bar Tango», de Miguel Rur, Rony Keselman y Beatriz Pustilnik, «Juan Romeo y Julieta María», versión libre del clásico de Shakespeare por el Grupo El Chonchón, de Córdoba, «Tropeço», de Dico Ferreira y Katiane Negro, por la Compañía Tato Criaçao Çenica, de Brasil. Habrá una función reconocimiento a la trayectoria, que el año pasado fue para Adelaida Magnani y esta vez será para Roberto Spina, dramaturgo y director de teatro de títeres con el espectáculo «Tres espinas» por el Grupo El Chonchón.

Ana Alvarado, directora de Spa Conceptual 2 (sábados a las 21 en Espacio Anfritrión) y cofundadoradel Periferico de Objetos, se refirió al público: «Todavía no está formado como lo está para el teatro con actores; es una época de prueba aún. En cambio en Francia o Alemania no es que vaya muchísimo público, pero hay más y especializado. Ahora bien, la discusión de si títeres para niños o para adultos tiene 40 años. Tanto en teatro con títeres como con objetos, como «El periférico», se trata de objetos dramáticamente trascendentes, no en función de la manipulación, sino en función de sí mismo. Ahí sí que nosotros armamos un público, se armó un lugar de cruce entre la actuación y los objetos, con un modo de encarar algunos temas a través de las cosas».

«Spa conceptual II» combina escenas específicamente teatrales con un montaje multimediático. Así, pensamientos irónicos y perturbadores sobre la noción de spa son convertidos en objetos intervenidos visual y performáticamente.

Sahade consideró: «El público más especializado que busca teatro independiente está preparado para recibir títeres, pero lo cierto es que no se amplió el público de teatro en general, es más, sigue siendo muy chico en relación a la población».

En cuanto a la historia en la Argentina, Marrone la define como un arte relativamente joven si se piensa que surge con Federico García Lorca y su «Retablillo de Don Cristobal», en 1930. Luego, se afianzó con el seguimiento de Javier Villafañe, Sara Bianchi y la creación del grupo de titiriteros del San Martín, de donde luego egresaron las titiriteras que organizan hoy el Festival de títeres para adultos. «»El títere existe desde que existe la sombra, la luz y el hombre Los títeres fueron ganando espacio, comenzaron en el hall del San Martín y fueron ocupando otros espacios y pasaron de salas pequeñas a otras más importantes. Luego los titiriteros pasaron a estar a la vista y finalmente se dirigieron a adultos».

Ana Alvarado se refirió al futuro del género: «Creo que lo que se instalará será más teatro de cruce; esto es, la instalación, la tecnología; no se va a editar sino que ya forma parte de las artes, es algo más y no invalida la presencia del actor. El que esté mostrado el cuerpo y la carne viva en el escenario no quita el resto del material que se está cruzando. Cuando combiné las artes visuales, la performance, la instalación y el teatro, siempre se armó debate para dilucidar de qué se trataba. Hasta ahora la conclusión fue: cruce».

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