Robin Williams fue un genio en la ficción ("Aladdín") y sin dudas lo fue en la vida real. Su capacidad a la hora de hacer reír es algo difícil de encontrar en otra persona dedicada al humor. Basta con verlo en su participación en Inside the Actors Studio, allí el presentador James Lipton le preguntó acerca de su "rapidez mental" a la hora de hacer humor, lo que sigue es una improvisación de unos 10 minutos donde Williams hace gala de su hilarante repertorio. (Búsquenlo en YouTube, obviamente después de terminar de leer la nota)
21 de julio 2021 - 10:41
Robin Williams cumpliría 70 años: el verdadero genio de la risa
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Billy Cristal, fue consultado sobre si había alguien a quien él envidiaba como humorista, su respuesta fue: Robin Williams, "El tiene un coraje y una audacia que le permite explorar su mente, y tu puedes quedarte 'waw, mira lo que está haciendo'. Si yo fuese rápido hoy, el seria más rápido".
Películas como "Mrs. Doubtfire", "Jumanji", "Hook", "Aladdín", "Las aventuras del barón Munchausen", "The Birdcage", "Night at the Museum", o "Happy Feet" dan cuenta de su humor, su histrionismo y sus capacidades actorales para la comedia, pero más allá de las risas, Robin demostró ser un actor completo.
Como pasa con muchos y muchas intérpretes asociados a la comedia, a veces es necesario que den un paso hacia el drama para que la critica reconozca su labor, como si fuese más fácil hacer reír que llorar... Williams dio este paso y en varias oportunidades, y siempre de manera sobresaliente. Cintas como "Patch Adams", "Good Morning, Vietnam", "Good Will Hunting" (que le valió su único premio Óscar), "Dead Poets Society", "Awakenings", "The Fisher King", "One Hour Photo" o "Moscow on the Hudson", entre otras cosas, dan cuenta de la versatilidad de Robin.
Los demonios de Robin
Fue en su juventud cuando Williams se inició en la comedia, trabajaba en un bar atendiendo la barra, a cambio de tener unos minutos arriba del escenario: “Algunos personajes gustaron. Yo no contaba chistes, los personajes son mi vehículo, hablo poco como yo mismo” contó en una entrevista años más tarde.
Fue luego de una de esas funciones, que Williams extendía haciendo sus rutinas en la calle, que lo vio la jefa de casting de la serie "Happy Days" y le propuso hacer una participación como un extraterrestre llamado Mork.
Aquellas participaciones secundarias derivaron en la serie televisiva "Mork y Mindy" (1978/1982), que durante cuatro temporadas lo convirtieron en una de los artistas más importantes de la época. Y también lo llevaron al consumo de cocaína, para poder sobrellevar el ritmo de grabación, junto a las actuaciones nocturnas, y a las fiestas y descontrol en los que ambos caminos confluían.
”La cocaína es Dios diciéndote: ‘Ganas demasiado dinero’”, solía decir a veces en broma; “Había demasiada, era lo normal en aquellos días. Algunos clubes directamente te pagaban con ‘Blanca’ o ‘Verde’. Ibas a los clubes y terminabas en la casa de un dealer. Todos te la daban porque eras famoso”, se lamentaba hablando en serio del tema.
La muerte a los 33 años del actor John Belushi, en 1982, fue el golpe necesario para entender que la adicción se le podía ir de las manos. Robin Williams había estado con él unas pocas horas antes de su fallecimiento.
El doloroso final de Robin Williams
El 11 de agosto de 2014 el mundo se conmovió con la triste noticia de que Williams fue encontrado muerto en su domicilio cerca de Paradise Cay, California, en lo que aparentemente podría haber sido un suicidio por asfixia.
Rápidamente se dispararon rumores y teorías en torno a su muerte: una recaída con las drogas por parte el actor, una profunda depresión... Nada de eso era cierto. Robin estaba enfermo, y lamentablemente murió sin saber que era lo que padecía.
En el año 2020 vio la luz el documental "Robin's Wish" (disponible en HBO max) una cinta reveladora acerca de los últimos días del actor. Allí su viuda Susan Schneider, amigos y profesionales cuentan la verdad sobre lo que llevo a Williams tomar la drástica decisión de terminar con su vida.
El actor se suicidó luego de sufrir un tipo de demencia de la que no se supo el nombre hasta después de su muerte. En principio fue diagnosticado con Parkinson.
Su estado afectaba sus pensamientos, su humor y el control de su cuerpo. “Robin y yo sabíamos que pasaba algo más, él estaba en lo cierto cuando me dijo: 'Yo sólo quiero reiniciar mi cerebro'. En ese momento le prometí que íbamos a llegar al fondo de todo. Lo que no sabía es que eso ocurriría después de su muerte”, cuenta Schneider en el documental.
Williams sufría de Demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad neurodegenerativa. “Me alivió saber que tenía un nombre. Robin y yo atravesamos esta experiencia juntos, siendo atrapados por un monstruo invisible. Me fui de ahí con el nombre de la enfermedad, que era lo que Robin y yo habíamos estado buscando”, contó su viuda sobre el momento en que los doctores pudieron decirle finalmente que padecía Williams.
En el documental Schneider cuenta acerca de una de las últimas conversaciones que tuvo con Robin, una charla que sintetiza lo que era la esencia del actor: “Yo le pregunté: ‘¿Cuando lleguemos al final de nuestras vidas y miremos para atrás, qué te gustaría haber hecho?’. Sin dudarlo él dijo ‘Quiero ayudar a que la gente tenga menos miedo’. Me pareció hermoso y le dije ‘Querido, ya lo estás haciendo. Eso es lo que haces. Y es bastante genial’”.
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