29 de abril 2024 - 12:12

¿Burbuja a la vista en Wall Street? Una comparación con los mercados en los '90 da pistas sobre si el rally de tecnológicas llegará a su fin

Si bien no es de ninguna manera barato como grupo, incluso las Siete Magníficas han generado ganancias corporativas para respaldar sus valuaciones. Todavía estamos muy lejos del mundo de la burbuja de Internet de la década de 1990.

ambién hay una ventana en la que la caída de la inflación justifica los recortes de tasas en EEUU y Europa.

ambién hay una ventana en la que la caída de la inflación justifica los recortes de tasas en EEUU y Europa.

New York Stock Exchange

"El desafío al que se enfrentan actualmente los mercados de renta variable es que la muy concentrada rentabilidad ha hecho que las cosas parezcan desequilibradas", analiza Johanna Kyrklund, Directora de Inversiones de Schroders. Para la analista, los mercados bursátiles alcanzaron nuevos máximos y algunas de las mayores empresas de crecimiento, como Nvidia, que anota una ganancia de un 80% en lo que va de año tras un aumento del 240% en 2023, motoriza los mercados de renta variable.

Kyrklund sostiene que es comprensible que hubiese cierta preocupación por la dirección del viaje. Sin embargo, un vistazo a las valuaciones bajo la superficie muestra que, a nivel mundial, "las valuaciones de la renta variable siguen siendo bastante atractivas". Y es que, como bien explica, excluyendo las acciones tecnológicas más grandes, el S&P500 cotiza alrededor de 19 veces las ganancias previstas para 2024, en línea con la historia reciente.

Otros mercados fuera de Estados Unidos cotizan con un descuento significativo con respecto a la plaza neoyorquina y por debajo de las medianas de 15 años en la mayoría de las medidas. Y advierte: "Si bien no es de ninguna manera barato como grupo, incluso las Siete Magníficas han generado ganancias corporativas para respaldar sus valuaciones". Todavía estamos muy lejos del mundo de la burbuja de Internet de la década de 1990, cuando los inversionistas hablaban de "precio por clic" en ausencia de ganancias corporativas, asegura.

"Aunque soy propensa a la nostalgia de la década de 1990, las condiciones actuales son diferentes y no creemos que la renta variable esté cara", sostiene Kyrklund con relación a la comparación de los que sucedió en los mercados por ese entonces con el auge de Internet y empresas como Cisco.

¿Burbuja a la vista en Wall Street?

En cuanto a las valuaciones relativas dentro de los mercados de renta variable, Schroders se mantiene "neutral" en las acciones de gran capitalización, "porque carecemos de los catalizadores para infraponderar los Siete Magníficos y, en cualquier caso, creemos que negociar esas siete acciones como un bloque subestima los muy diferentes impulsores de negocio entre las empresas individuales", sostiene Kyrklund. La estratega agrega que, la dinámica detrás del crecimiento de Amazon, Google y Microsoft es muy diferente a la de Apple o Tesla. "Preferimos confiar en nuestros seleccionadores de acciones para hacer frente a los riesgos idiosincrásicos en cada caso".

Virar hacia otras latitudes

Sin embargo, Kyrklund explica que, ahora, estamos respondiendo a las valuaciones más atractivas fuera de EEUU ampliando nuestra exposición a la renta variable de EEUU hacia el resto del mundo. En ese sentido, sostiene que Japón resulta interesante debido a su política monetaria estimulante y a un cambio cultural en curso hacia una mejor asignación de capital y rendimientos para los accionistas.

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La recuperación del sector manufacturero global favorece a las acciones de Europa, Asia y los mercados emergentes. También hay una ventana en la que la caída de la inflación justifica los recortes de tasas en EEUU y Europa, "lo que es útil para las valuaciones, y muchas economías emergentes ya han empezado a relajar la política monetaria", desliza la analista.

"Afortunadamente, hemos visto una cierta ampliación del rendimiento del mercado, ya que el 44% de las acciones superaron al MSCI World All Countries en comparación con el 34% en 2023", asevera. El entorno puede volverse más desafiante a medida que avanza el año, si los bancos centrales no cumplen sus objetivos de inflación, pero por ahora seguimos siendo positivos en renta variable.

Drivers a tener en cuenta

Por último, Kyrklund señala el riesgo político. Explica que, la tensión geopolítica es una constante desafortunada. "Los eventos geopolíticos son muy difíciles de posicionar porque su momento es casi imposible de predecir", asegura. La única defensa verdadera es diversificar sus asignaciones por geografía y clase de activos y, desde una perspectiva corporativa, revisar la resiliencia de las cadenas de suministro globales.

Obviamente, se conoce el momento de las elecciones, pero yo diría que podemos enfatizar de más su importancia. Ya hemos visto un cambio en el consenso político, hacia una mayor intervención fiscal y proteccionismo que se mantendrá independientemente de los resultados electorales. Para Kyrklund, esto contribuye a un deterioro en la disyuntiva entre crecimiento e inflación, lo que significa que es muy poco probable que volvamos a un mundo de tasas de interés cero.

Por último, señala que también significa que tenemos que reconsiderar el riesgo soberano a medida que los inversionistas en bonos reaccionan ante un mayor gasto fiscal. De nuevo, esto es muy diferente a la década de 1990, cuando el enfoque en la rectitud fiscal redujo estructuralmente los riesgos del mercado de bonos. La política importa, pero tiende a desarrollarse durante meses y años en lugar de días.

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