La primera etapa del blanqueo finaliza el próximo lunes 30 de septiembre, esto marca el límite para declarar dinero en efectivo. Si bien el régimen continuará vigente para declarar otros bienes, la tasa subirá del 5% al 10% hasta diciembre y, luego, se incrementará al 15% en la tercera fase. Ante este primer cierre, Ámbito consultó con expertos sobre qué instrumentos sumar al portafolio para los inversores que regularizaron activos por menos de u$s100.000, por ejemplo, u$s10.000.
Cómo armar una cartera con u$s10.000: opciones y estrategias ante el fin del blanqueo
El blanqueo presenta oportunidades para los inversores, pero las perspectivas futuras dependerán de la evolución del mercado, la demanda genuina y la estabilidad económica. Esa será clave para tomar decisiones acertadas ante la volatilidad venidera.
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Y es que el mercado global muestra alta volatilidad y cualquier pretexto provoca correcciones. Las elecciones en EEUU podrían agregar temores, pues la creciente polarización resulta preocupante para los inversores. Para los estrategas de la city, el blanqueo impulsa algunos activos, pero su precio podría estar inflado por fondos que buscan colocación.
Ahí, la duda es qué ocurrirá en el mercado de cara a la segunda semana de octubre, una vez que el proceso de blanqueo termine y disminuyan los nuevos compradores. Si no hay corrección, se deberán considerar nuevos demandantes con capital fresco para sostener estos precios, indica en el informe de primavera el asesor de inversiones, Gastón Lentini.
Cartera recomendada por los expertos
“El blanqueo beneficia al país, pero suscitó un aumento de precios en algunos activos, impulsado más por la llegada de fondos legalizados que por una demanda genuina”, sostiene Lentini. Y plantea la duda sobre qué ocurrirá con las reservas, el dólar y la demanda de activos financieros tras la segunda semana de octubre, “cuando el blanqueo termine y haya menos compradores. Si no se alcanza el techo del mercado, será necesario considerar otros demandantes con capital fresco para sostener el alza de precios”, analiza.
En diálogo con este medio, Isabel Botta, product manager en Balanz, opina que para los montos blanqueados menores a u$s100.000, el objetivo es “optimizar su diversificación”. Así, y tomando como ejemplo una cartera "moderada" de u$s10.000, la estratega propone lo siguiente: el 30% de la cartera podría invertirse en el fondo Balanz Ahorro Dólares, que ofrece acceso a Obligaciones Negociables privadas (estas suelen requerir montos elevados de inversión, pero con esta estrategia el inversor logra una buena diversificación con capital reducido).
Además, sugiere invertir u$s2.000 en Obligaciones de Telecom 2031, que actualmente rinden aproximadamente un 8,5% de Tasa Interna de Retorno (TIR) y se destacan por su atractivo rendimiento de retorno. “Otros u$s2.000 podrían destinarse a PNXCO, con un rendimiento cercano al 7%”, analiza.
Mientras que el monto restante, podría invertirse en BPY26 (Bopreal), que ofrece un rendimiento estimado entre el 13% y el 14% anual. “En conjunto, esta cartera genera un rendimiento aproximado del 9%, que, para una cartera de perfil moderado, es un rendimiento por de más atractivo y se encontraría bien diversificado y equilibrado el riesgo retorno”, concluye Botta.
Lecaps: este es el escenario
Para Lentini el dólar está muy bajo para invertir en Lecaps (letras capitalizables del Tesoro), lo que podría ser una buena oportunidad si se mantiene estable, ya que el rendimiento mensual del 4% en pesos se traduciría en ganancias en dólares.
Sin embargo, si el dólar se ajusta debido a algún nerviosismo del mercado, habría riesgo de pérdidas. Por ello, la recomendación más segura es diversificar y asignar solo una parte de la cartera a esta estrategia. Aunque el riesgo es elevado, si el escenario es favorable, el rendimiento puede ser similar al de una ON, que actualmente está sobrevaluada.
Por ello, para una cartera de u$s10.000, el estratega hoy la estructuraría de la siguiente manera:
- asignaría un 30% a un bono largo argentino con ley Nueva York, como el GD35,
- un 20% a un bono corto (LNY), como el GD29
- ya a esto le sumaría un 10% en un bono aún más corto, como el BPI6D (BOPREAL26), bajo el supuesto de que la situación del país mejorará y se normalizará.
El 40% restante lo distribuiría de la siguiente forma:
- un 20% en un fondo de inversión en activos de renta fija del exterior, que podría ofrecer entre un 4% y 8% anual, reduciendo así el riesgo argentino, “en lugar de optar por una obligación negociable”, asevera.
- el otro 20% lo destinaría a Cedears del Etf de Países Emergentes EEM (EEM), algo en el de Empresas de Pequeña Capitalización (IWM), y “aprovecharía los precios actuales para incluir una tecnológica grande, como Google”, desliza Lentini.
Cartera conservadora y agresiva
Desde Portfolio Personal de Inversiones (PPI), recomiendan, para un perfil que busca menor volatilidad en su exposición al país, una cartera más defensiva “en un escenario negativo y plantea privilegiar buenos créditos”, compuesta de la siguiente manera:
- bonos soberanos en dólares: 15%.
- bonos en pesos: 5%.
- bonos Provinciales en dólares: 30%
- bonos Corporativos en dólares: 50%.
En tanto, para un inversor que busca una mayor exposición “a instrumentos más volátiles, pero de superior "upside" potencial en caso de un escenario constructivo/optimista hacia adelante”, es decir, una cartera agresiva, PPI la arma de la siguiente manera:
- bonos provinciales en dólares: 30%.
- bonos en pesos: 15%.
- bonos soberanos en dólares: 15%.
- acciones y Cedears: 30%.
Entonces, si la consolidación fiscal es el pilar del plan económico, la reducción de la inflación es el motor central de la estrategia. Por lo que los inversores deberán estar atentos a la evolución de las variables económicas para tomar decisiones acertadas. Y es que el temor de que un "pass through" mayor de lo previsto pueda comprometer los logros alcanzados hasta ahora impulsa al equipo económico a aplazar la decisión de levantar el cepo a la espera de un contexto más favorable, tal como señaló el lunes en Wall Street Javier Milei.
Sin embargo, retrasar esta medida no garantiza que la situación mejore por sí sola. “La reducción parcial del Impuesto PAIS para ciertos bienes, la coexistencia de distintos esquemas para la obtención de dólares por parte de los importadores y la débil recuperación económica auguran un desgaste en las reservas netas del BCRA en los próximos meses”, analiza PPI.
Y es que esto hace más complicada la decisión de mantener los controles cambiarios. Con la información disponible, el panorama se presenta difícil, pero aún hay margen para que surja un elemento que cambie la situación. Se pregunta el bróker de la city: “¿Será el Blanqueo o el RIGI? ¿O tal vez un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)?". Y concluye que, "en definitiva, aunque la incertidumbre le da cierto margen al Gobierno, el reloj sigue corriendo contra ellos en un año electoral”.
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