El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) arranca su reunión de política monetaria que se extenderá entre este martes 6 y el miércoles 7 de mayo. Aunque el mercado no anticipa un recorte en las tasas de interés, el encuentro será seguido muy de cerca tanto por los inversores como por el presidente estadounidense, Donald Trump.
La Fed define el rumbo de las tasas presionada por la guerra comercial y el embate de Donald Trump
El gobernador de la Fed Christopher Waller, cuyas declaraciones suelen anticipar decisiones del organismo, planteó dos escenarios: recortes graduales más adelante si los aranceles bajan, o recortes más agresivos si se mantienen altos. El mercado pide pistas.
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Los mercados emergentes podrían beneficiarse si la presión del dólar cede.
La Reserva Federal (Fed) mantiene su tasa de referencia en el rango de entre 4,25 % y 4,50 % desde diciembre. Si bien las proyecciones de marzo anticipaban dos recortes para este año, ese escenario quedó desactualizado frente a la creciente tensión comercial. Al margen, Trump presiona públicamente por un recorte. La última muestra fue el pasado viernes, cuando publicó en su cuenta de Truth Social un mensaje en mayúsculas que decía: “¡NO HAY INFLACIÓN, LA FED DEBERÍA BAJAR SU TASA!”
Sucede que el republicano tiene razones políticas y económicas para querer que la Fed recorte las tasas. Una política monetaria más laxa podría traducirse en mayor dinamismo económico y subas en los mercados bursátiles: dos variables que suelen beneficiar la percepción pública de un presidente en EEUU. Pero el banco central, liderado por Jerome Powell, tiene la misión de mostrar independencia y no ceder a las presiones.
Pese a los deseos de Trump, las señales más recientes de la Fed apuntan a una postura cautelosa, al menos en el corto plazo. Las autoridades monetarias consideran que persisten riesgos latentes que no justifican, por ahora, una flexibilización de la política de tasas. En este contexto, los inversores se encuentran en una posición incómoda, atrapados entre la presión política por un recorte y la prudencia institucional que mantiene el banco central.
Las chances de una baja de tasas en el corto plazo
La probabilidad de que la Fed retome la baja de tasas en el corto plazo es cada vez menor. Tras haber iniciado una secuencia de recortes el año pasado, el banco central redujo sus proyecciones para 2025: pasó de anticipar un recorte de 100 puntos básicos en septiembre a solo 50 puntos en diciembre. Ese giro más conservador generó una inmediata corrección en los mercados, con una baja del 3% en el S&P 500.
Las razones detrás de esa cautela tienen que ver con el temor de revivir la inflación. La combinación de políticas migratorias más estrictas, aranceles elevados y eventuales estímulos fiscales -como los planteados por Trump- podrían generar nuevas presiones sobre los precios. Según las actas de la última reunión, ese riesgo llevó a los funcionarios de la Fed a sostener el actual nivel de tasas.
Pedro Siaba Serrate, analista senior en Portfolio Personal Inversiones (PPI), explica en diálogo con Ámbito que, a priori, no se esperan cambios en la tasa de interés esta semana, pero toda la atención estará puesta en la conferencia de prensa de Powell.
"El foco estará en su visión sobre el principal temor del mercado: una recesión derivada de los vaivenes comerciales impulsados por Trump". Para el estratega, la agenda republicana provocó un "shock estanflacionario, comparable al del COVID en términos de volatilidad" y que desafía el paradigma económico de los últimos 50 años.
El analista indica que aunque Trump fue electo democráticamente, al día de hoy su electorado rechaza las consecuencias económicas de esas políticas. "La caída de la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan es la más fuerte en tres meses desde la recesión de 1990". Siaba Serrate también destaca que a diferencia de otras crisis, esta vez el mercado estadounidense reaccionó como un emergente: "No hubo refugio en los bonos del Tesoro", asegura.
Y es que esta falta de resguardo revela que la moderación discursiva de Trump convive con un creciente costo político. En paralelo, persiste una brecha entre los datos blandos y los duros: mientras se desploman los índices de confianza, los "Purchasing Managers Index" (PMIs) se desaceleran y sube la expectativa de inflación, los datos de empleo aún no reflejan el mismo deterioro.
A lo que se refiere el analista es que la puesta en marcha por parte de Trump de los aranceles más severos en un siglo debilitaron la confianza de consumidores y empresas. El sector manufacturero se vio golpeado por una oleada anticipada de importaciones que fue tan grande que el Producto Bruto Interno (PBI) de Estados Unidos se contrajo inesperadamente en el primer trimestre del año. En ese contexto, empresas estadounidenses como McDonald's, General Motors y Apple, ya advirtieron sobre el impacto en sus ganancias debido al aumento de los aranceles, que elevan los costos y desalientan el gasto.
Qué esperar en la próxima reunión de la Fed
La racha de nueve días consecutivos de subas del S&P 500 -la más larga en más de 20 años, según datos de FactSet- se dio después de que Trump suavizara su postura sobre Powell el pasado 21 de abril. Aunque parte del repunte se atribuye a avances en negociaciones comerciales,
Sin embargo, ese optimismo podría estar sobredimensionado. De acuerdo con la herramienta FedWatch de CME, los inversores asignan una probabilidad del 99,5% a que la Reserva Federal mantenga sin cambios su tasa de referencia en mayo, aunque siguen descontando tres recortes antes de que termine 2025. Por su parte, los mercados de predicción en tiempo real como Polymarket reflejan una expectativa similar: un 98% de probabilidad de que no haya modificaciones en la reunión de esta semana, frente a apenas un 1% tanto para una baja de 50 puntos básicos como para una suba de 25 puntos.
Si no hay recorte en mayo, los inversores prestarán atención a cualquier indicio de que pueda haberlo en junio. No obstante, si la Fed espera para ver si hay efectos de los aranceles, podría postergar la decisión hasta que finalice la tregua arancelaria de 90 días en julio, lo que empujaría el recorte aún más adelante.
Matías Waitzel, socio de AT Inversiones, coincide con la mirada de que el mercado espera que la Fed mantenga la tasa sin cambios esta semana, con un posible recorte recién en junio, "aunque esa probabilidad se redujo tras los últimos datos sólidos de empleo", desliza.
Y es que tal como explica Waitzel, la economía estadounidense sigue fuerte: la inflación desacelera, el mercado laboral se mantiene firme y muchas compañías presentaron resultados positivos en esta temporada de balances. "Sin embargo, un recorte solo ocurrirá si comienzan a deteriorarse indicadores macro más robustos, algo que podría acelerarse si aumentan las tensiones comerciales en el marco de la actual guerra arancelaria impulsada por EEUU", asegura.
Por su parte, Pedro Moreyra, director de Guardian Capital, matiza con los demás analistas y sostiene que no habrá ningún cambio en la política monetaria en esta ocasión. Su proyección la basa en los últimos discursos de Powell y demás cabecillas del organismo que marcaron "un escenario de cautela ante la coyuntura actual".
Para Moreyra, la guerra comercial inyectó volatilidad en los mercados y en el valor de los activos, y como la Fed opera siempre con una perspectiva de largo plazo, "esperarán a ver cómo se desarrollan los eventos actuales y qué implicancias finalmente tienen para la macro, antes de actuar".
Además, recuerda quela Fed cuenta con un as bajo la manga: como no hicieron recortes de más tienen flexibilidad para actuar. Por tanto, es probable que esperen a ver cómo se desarrolla el escenario, para "tal vez" en el segundo semestre dar inicio a "un poco más de flexibilidad".
Por último, el experto señala que Wall Street llega a la cita del FOMC luego de un mes de extrema volatilidad y corrección. Sin embargo, destaca que en los últimos días el S&P 500 recuperó parte del terreno perdido desde el "Liberation Day del 2 de abril".
La independencia de la Fed
Desde su primer mandato, Trump mantiene una relación tensa con Powell marcada por críticas constantes y cuestionamientos a la independencia del banco central. Ahora, Trump lo sometió al escarnio público por no recortar las tasas de interés al ritmo que él considera necesario para estimular la economía y fortalecer los mercados financieros.
Estas declaraciones generan urticaria en los inversores, ya que sugieren una posible interferencia política en la política monetaria. En rigor, los expertos advierten que la presión del presidente podría socavar la credibilidad y la independencia del banco, elementos clave para la estabilidad económica.
A pesar de las presiones, Powell mantiene una postura firme, enfatizando la necesidad de basar las decisiones de política monetaria en datos económicos y no en presiones políticas. En la próxima reunión de la Fed, se espera que Powell reitere la importancia de mantener la independencia del banco central y de actuar con cautela ante las incertidumbres económicas actuales.
Así, la reunión de esta semana también estará marcada por la tensión entre la Casa Blanca y la Fed. Si bien es casi un hecho que no habrá un recorte de tasas esta semana, el foco estará puesto en las señales que pueda dar Powell sobre los próximos pasos del banco central.
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