Los principales mercados de renta fija del mundo están inmersos en una nueva crisis, a medida que se consolida una nueva era de tasas de interés más altas por más tiempo.
Nueva era de tasas altas: por qué preocupa al mercado y cómo afecta a la Argentina
Dado que los costos del endeudamiento público influyen en todo, desde las tasas hipotecarias para los propietarios de viviendas hasta los tipos de los préstamos para las empresas, hay muchos motivos para preocuparse.
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El S&P Merval rebotó luego de dos caídas al hilo, pero los bonos en dólares cayeron hasta casi 5%
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Wall Street se desplomó ante la firmeza de las tasas de bonos estadounidenses
En el mercado del Tesoro de Estados Unidos, la base del sistema financiero mundial, los rendimientos de los bonos a 10 años se han disparado a máximos de 16 años. En Alemania, alcanzaron su nivel más alto desde la crisis de deuda de la zona euro de 2011.
Incluso en Japón, donde las tasas oficiales siguen por debajo del 0%, los rendimientos de los bonos han vuelto a niveles de 2013.
Dado que los costos del endeudamiento público influyen en todo, desde las tasas hipotecarias para los propietarios de viviendas hasta los tipos de los préstamos para las empresas, hay muchos motivos para preocuparse.
¿Por qué suben las tasas de la deuda mundial?
Los mercados están cada vez más convencidos de que las tasas de interés se mantendrán altas. Con una inflación elevada, excluidos los precios de los alimentos y la energía, y la resistencia de la economía estadounidense, los bancos centrales no han atendido a las apuestas de que recortarán los tipos.
Los operadores ven ahora que la Reserva Federal recortará las tasas sólo hasta el 4,7%, desde el 5,25%-5,50% actual, frente al 4,3% que anticipaban a finales de agosto.
Esto agrava la preocupación por las perspectivas fiscales tras la rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos en agosto por parte de Fitch, que mencionó los elevados niveles de déficit. Italia, un país muy endeudado, elevó su objetivo de déficit la semana pasada.
Los déficits más altos implican más ventas de bonos, al mismo tiempo que los bancos centrales descargan sus vastas inversiones en deuda, por lo que los rendimientos a plazos más largos están aumentando a medida que los inversores exigen un mayor retorno.
Según los analistas, muchos inversores también apostaban a que los rendimientos de los bonos bajarían, por lo que son más sensibles a movimientos en la dirección opuesta.
¿Hasta dónde podría llegar la ola de ventas?
Los datos económicos de Estados Unidos siguen mostrando resistencia, y la optimista encuesta manufacturera del lunes hizo subir de nuevo los rendimientos del Tesoro.
No es ninguna sorpresa, y los analistas no descartan una subida de los rendimientos del Tesoro a 10 años hasta el 5%, desde el 4,7% actual. Cuando sube el rendimiento de un bono, baja su precio.
Pero la economía europea se ha deteriorado, por lo que las ventas deberían ser más limitadas, ya que los bonos suelen rendir mejor cuando una economía se debilita, y la mayoría de los grandes bancos centrales han señalado que han terminado con las subidas de tasas.
El rendimiento alemán a 10 años, del 2,9%, podría alcanzar pronto el 3%, otro hito si tenemos en cuenta que los rendimientos estaban por debajo del 0% a principios de 2022.
Caída de bonos: ¿por qué es importante y hay que preocuparse?
Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años han subido hasta su promedio de 230 años por primera vez desde 2007, según datos del Deutsche Bank, lo que pone de relieve el reto que supone ajustarse a unos tipos más altos.
Los rendimientos de los bonos determinan los costos de financiación de los Gobiernos, por lo que cuanto más tiempo se mantengan altos, más repercutirán en los intereses que pagan los países.
Esto es una mala noticia, ya que las necesidades de financiación de los Gobiernos siguen siendo muchas. En Europa, la ralentización de las economías limitará el grado en que los Gobiernos puedan retirar las ayudas fiscales.
Pero el aumento de los rendimientos es bienvenido para los banqueros centrales, ya que hace parte de su trabajo al elevar los costos de endeudamiento del mercado.
Las condiciones financieras en Estados Unidos son las más restrictivas en casi un año, según un índice de Goldman Sachs que se sigue muy de cerca.
¿Qué significa esto para los mercados mundiales?
Las repercusiones son amplias. En primer lugar, el aumento de los rendimientos prepara el terreno para un tercer año consecutivo de pérdidas para la deuda pública mundial, lo que perjudica a los inversores que durante mucho tiempo apostaron por un cambio de tendencia.
En cuanto a la renta variable, el aumento de los rendimientos de los bonos está empezando a sacar dinero de unos mercados boyantes. El S&P 500 ha bajado aproximadamente un 7,5% desde sus máximos de julio.
La atención podría volver a centrarse en los bancos, grandes tenedores de deuda pública que acumulan pérdidas latentes, un riesgo que el colapso del Silicon Valley Bank en marzo puso en el radar.
"(La venta de bonos) tendrá un fuerte impacto en los bancos que tienen bonos del Tesoro de largo plazo", dijo Mahmood Pradhan, jefe de macro en Amundi Investment Institute. "Cuanto más tiempo persista, más sectores se verán afectados".
El aumento de los rendimientos en Estados Unidos también significa un dólar cada vez más fuerte, lo que ejerce presión sobre otras divisas, especialmente el yen japonés.
¿Deben preocuparse los mercados emergentes?
Sí. El aumento de los rendimientos mundiales ha incrementado la presión sobre los mercados emergentes, especialmente sobre las economías de mayor riesgo, como la argentina.
Según JPMorgan, el rendimiento adicional que los gobiernos con calificación crediticia de "basura" pagan por su deuda en divisas fuertes sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos ha subido a más de 800 puntos básicos, 70 más que el mínimo del 1 de agosto.
Según Andrea Kiguel, responsable de macroestrategia de divisas y mercados emergentes para las Américas en Barclays, "la intensificación de la tendencia al alza durante más tiempo, junto con la subida de los precios del petróleo, también ha sido el principal motor de la fortaleza general del dólar estadounidense".
"La velocidad del movimiento ha llevado a la debilidad de las divisas de la región, a una violenta liquidación de las tasas locales y a una ampliación de los diferenciales de crédito de los mercados emergentes".
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