6 de octubre 2020 - 12:16

Comer insectos: el futuro de la alimentación humana

Horizon Edible Insects es una pequeña granja urbana de insectos comestibles de Londres, Reino Unido, que abastece a empresas y a la comunidad. Su ingesta otorga beneficios tanto nutricionales como ambientales.

Los insectos producen una cantidad insignificante degases de efecto invernadero y requieren cantidades mínimas de agua.

Los insectos producen una cantidad insignificante de gases de efecto invernadero y requieren cantidades mínimas de agua.

Foto: Horizon Edible Insects

La compañía londinense ofrece distintos productos, entre ellos, insectos frescos y secos, los cuales se empaquetan en bolsas totalmente biodegradables. También ofrece recorridos de fin de semana con actividades grupales para aprender lo que significa criarlos, cultivarlos y cocinarlos, y por qué hacerlo podría ayudar a proteger el medio ambiente.

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Según explicó la página web del emprendimiento, los insectos comestibles son genéticamente muy diferentes a los humanos, por lo que es poco probable que transmitan virus y enfermedades cuando se comen. Además, producen una cantidad insignificante de gases de efecto invernadero y requieren cantidades mínimas de agua, ya que sobreviven principalmente de la humedad de las verduras que comen.

“Los insectos han sido consumidos durante milenios por miles de millones de personas en el 80% de los países, donde se los considera un manjar. El sabor varía mucho de una especie a otra, pero son muy versátiles y se pueden asar, freír y/o convertir en una harina rica en proteínas”, agregó.

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Por otro lado, el sitio indicó que los insectos comestibles son bajos en grasas y calorías: kilo por kilo, los insectos tienen 3 veces más proteínas y 30 veces más vitamina B12 que la carne de res. Además, muchos insectos también son ricos en grasas buenas y calcio, hierro, zinc, omegas y aminoácidos.

“¿Cuál sería el impacto de un simple cambio de nuestro hábito alimentario hacia una fuente de proteínas más sostenible y respetuosa con el medio ambiente? Si una familia de 4 miembros cambiara una vez a la semana a una comida de proteína de insectos, se estima que se ahorrarían 650.000 litros de agua al año”, sentenció el proyecto.

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Asimismo, explicó que el ganado y otros tipos de ganadería utilizan un 30% de la superficie terrestre total para pastos y otro 33% para producir alimentos para los animales, utilizando cantidades significativas de agua en el proceso. Además, detalló que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación estima que la ganadería contribuye al 18% de los gases de efecto invernadero.

“El ganado se alimenta con antibióticos y hormonas que terminan en nuestros platos, contaminan nuestras fuentes de agua y degradan el suelo. Los ecosistemas, y por lo tanto la biodiversidad, se destruyen en el proceso. Por otro lado, los insectos son fáciles de cultivar en grandes cantidades con muy poco espacio, son tres veces más ricos en proteínas que el ganado tradicional y se alimentan de lo que normalmente tiraríamos”, concluyó Horizon Edible Insects.

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